82-NO TODO LO QUE RELUCE ES ORO
LAS COSAS NO SALEN BIEN
Javier Sanmartín Soler


A estas alturas y como ya os he dicho con anterioridad, tampoco quiero que penséis que terminar una carrera de ultra fondo es un trabajo fácil, sencillo y que se hace a corto plazo. Os voy a relatar como fueron mis dos siguientes intentos para terminar la carrera de los “100 Km pedestres Villa de Madrid”. Os recuerdo la prueba: un trazado urbano de 10 Km en el que hay que dar vueltas durante un tiempo máximo de 11 horas o 100 Km y cada corredor decide cuando parar en tramos de 10 Km desde los 50 Km.
Segundo intento
El segundo intento de los 100 Km de Madrid correspondía con la vigésimo cuarta edición de la carrera del año 2010. Pero en esta ocasión la prueba se corría el 30 de Mayo, dos meses más tarde de lo habitual para esta carrera. En ese momento ya había corrido alguna carrera de resistencia para prepararme. El recorrido era el mismo que en las ediciones anteriores y para el día de la carrera las previsiones eran de que iba a hacer calor.
Esta vez la prueba comenzaba a las 07:30 h de la mañana, media hora más tarde que en mi primer intento, cosa que para un dormilón como yo era de agradecer. Cuando dieron la salida ya había amanecido y hacía buen tiempo. Había depositado mis expectativas en prepararme y entrenar lo suficiente para poder así hacerlo mejor que la última vez.
Las primeras vueltas transcurrieron con la normalidad esperada ya que apenas las recuerdo. Sin embargo en la tercera vuelta tuve que empezar a caminar cuando apenas llevaba unos 34 Kilómetros por culpa del calor. El sol brillaba con mucha fuerza y eso parecía haber empezado ya que aún faltaban por llegar las horas centrales de sol en las que iba a hacerlo con más fuerza. Simplemente sucedió así y me imagino que de una u otra manera afectó también a los otros corredores.
Era un día casi veraniego y el asfalto comenzaba a aumentar su temperatura. Estuve un rato caminando ya que no podía explicarme porque no podía continuar cuando aún era demasiado pronto para eso. Si todo hubiera transcurrido con normalidad este bajón estaba previsto para cuando por lo menos llevase 60 Km de carrera. Pero muchas veces las cosas suceden de otra manera que no es la prevista, y allí estaba yo caminando mientras trataba de encontrar una solución. La solución era sencilla seguir corriendo. Si el calor me había afectado tan pronto las consecuencias se iban a agravar con el paso del tiempo.
No estaba allí como la primera vez para probar hasta donde podía llegar, ya que había venido con la intención de mejorar. Lo cierto es que sabía que si quería continuar en la carrera y hacerlo mejor que la vez anterior me iba a tocar sufrir, no porque no estuviera preparado (ya que creo que había entrenado lo suficiente), sino con que no estaba acostumbrado a correr con ese calor durante tantas horas.
Así que tuve que replantearme la estrategia que tenía que seguir en la carrera para poder hacer el máximo número de kilómetros. Por lo que tuve que alternar periodos de ir corriendo con periodos caminando. Paraba lo justo para hidratarme y comer lo que la organización me dispensaba en los avituallamientos.
El trazado tenía varias cuestas que no eran muy duras ya que se trata de un recorrido urbano sin mucho desnivel. Pero cuando llevas horas corriendo, caminando y vas al límite de tus fuerzas como era mi caso las cuestas se hacían complicadas de vencer.
Tuve que olvidarme de parciales, de tiempos y lo peor, de pensar en acabar la prueba en el tiempo establecido. No tenía nada que ganar pero continué andando y trotando ya que cuando llevaba siete vueltas era incapaz de correr durante más de veinte minutos seguidos.
Antes de acabar la octava vuelta calculé que no podría dar otra vuelta más, porque me pasaría del tiempo establecido (las 11 horas) para terminar otra vuelta y no tendría sentido quedarme a medias para que no me contase la vuelta y encima tener que volverme solo. Así que cuando terminé la octava vuelta me tuve que plantar con un tiempo de 10 horas 16 minutos y 52 segundos. Corrí a un decepcionante ritmo de 07:43 minutos el kilómetro.
Pese a lo mal que se me había dado la carrera estaba satisfecho porque no tiré la toalla y conseguí hacer 80 Km con un calor importante. Al rato de terminar la prueba el calor que mi cuerpo había soportado junto con el agotamiento se transformaron en malestar general que duró un rato. Finalmente tuve que vomitar para sentirme mejor y aliviarme. Esta vez las conclusiones que saqué de la carrera fueron las siguientes:
Tenía que acostumbrar mejor a mi cuerpo a soportar el calor.
Tenía que aprender a hidratarme mejor para correr.
En el resultado de la clasificación de los corredores que habían terminado los 80 Km estaba el puesto cuarto de cuatro. Por delante mío tenía a los corredores que habían terminado los 90 Km que eran dos y veinticuatro que habían completado los 100 Km. Si no hubiera hecho tanto calor el resultado hubiera sido mejor. Lo cierto es que hizo calor para todos y solo los mejor preparados consiguieron terminar.
Tercer intento
El tercer intento se produjo en el año 2014 en la vigésimo octava edición de la carrera. Afortunadamente para mi la prueba se volvía a correr a finales de marzo por lo que el fuerte calor no iba a ser determinante en el resultado. Mi cuerpo se había acostumbrado a soportar mejor las temperaturas porque entrenaba ya frecuentemente todo el año independientemente de que hiciera calor o hiciera frío.
La carrera comenzó como en ediciones anteriores a una media de entre 51 minutos por vuelta y 1 hora. El ritmo era calmado pero no quería pecar de imprudente y pagar más adelante las consecuencias de ir a un ritmo más elevado. El primer bajón lo sufrí en la cuarta vuelta ya que me costó acabarla 1 hora y 8 minutos, a partir de ahí mis vueltas ya no bajaron de la hora llegando a costarme la que mas 1 hora y 20 minutos.
Las horas pasaban despacio, sabía que lo había hecho mejor que en las anteriores ediciones pero iba muy justo de fuerzas. Así llegué a la penúltima vuelta cuando me di cuenta de que estaba haciendo 1 hora y 15 minutos en realizar los últimos 10 kilómetros y que al terminar la vuelta me quedaría poco más de 1 hora y 9 minutos para realizar la última vuelta. Tenía dos opciones y no sabía cual podía ser mejor:
Destrozarme y echar el resto para intentar finalizar. Acabando la prueba de una vez por todas aunque fuera de los últimos clasificados en realizar los 100 km.
O simplemente dejarlo para otro año, sin arriesgarme a lesionarme, seguir trabajando y progresando como hasta ahora para volver otro año y pelear por una mejor plaza al acabar los 100 km.
La primera opción me resultó interesante ya que no quería darme por vencido y me veía con alguna opción de terminar. Porque después de hacer las 9/10 partes de una carrera solo quedaba un poquito más para acabar. Era el camino más rápido para olvidarme de esta carrera que se me estaba empezando a atragantar y que quería zanjar rápidamente de una vez por todas. Esta era la opción que mi cuerpo quería escoger.
La segunda opción que dictaba mi cabeza, me costó encontrarla pero parecía más sensata. Quería terminar la carrera de una vez por todas pero no a cualquier precio. Sabía que si realizaba la última vuelta el esfuerzo posteriormente me pasaría factura y no podría entrenar en un tiempo. Esa eran las señales que mi cuerpo mandaba.
Así que tras unos minutos de valorar todas mis posibilidades en carrera tuve que hacer caso de lo que mi cabeza me aconsejaba para esa ocasión y decantarme por la segunda opción. Tenía que asumir la derrota de no finalizar la prueba y rendirme otra vez más. Por otra parte tenía que seguir entrenando con ahínco, progresar aún más y volver a participar en otra carrera para terminarla como yo quería.
Así que al cruzar la meta tuve que decirle al juez muy a mi pesar que ya no iba a continuar corriendo, plantándome en 90 Km con un tiempo de 9 horas 51 minutos y 25 segundos. Por delante mío lograron terminar 23 corredores los 100 Km el último tardó 10 horas 47 minutos y 46 segundos. Finalmente y como consuelo me quedó que de los tres corredores que logramos terminar los 90 Km en las 11 horas quedé el primero de la categoría y me llevé un premio. Estos fueron los tiempos parciales por vuelta que hice en la carrera del año 2014 que fue el mejor de los tres intentos.
Vuelta 1 / Kilómetros 10 / Tiempo 00:51:25
Vuelta 2 / Kilómetros 20 / Tiempo 01:44:12
Vuelta 3 / Kilómetros 30 / Tiempo 02:40:26
Vuelta 4 / Kilómetros 40 / Tiempo 03:39:59
Vuelta 5 / Kilómetros 50 / Tiempo 04:47:51
Vuelta 6 / Kilómetros 60 / Tiempo 05:59:08
Vuelta 7 / Kilómetros 70 / Tiempo 07:16:05
Vuelta 8 / Kilómetros 80 / Tiempo 08:36:48
Vuelta 9 / Kilómetros 90 / Tiempo 09:51:25
Conclusiones
La forma física para poder correr estas carreras se consigue con años de entrenamiento y a veces las cosas pueden salir de forma diferente a como las hemos planeado. No pasa nada.
No debemos arrojar la toalla si vemos que la progresión es lenta. Hay que ser constantes y tener paciencia.
Cada corredor tiene que experimentar por sus propios medios que cosas le sientan bien y con que otras no consigue el propósito deseado.
Es mejor acabar las carreras con un buen sabor de boca. A veces es preferible dar un paso hacia atrás para coger un mayor impulso para la próxima vez.
Disfruta del camino y no pienses que la meta es el final de la carrera.