80-PUEDES HACERLO
APRENDE A VALORARTE
Javier Sanmartín Soler


Casi todo el mundo puede correr carreras, no permitas que nadie te diga que no puedes hacer algo que te has propuesto. El que no lo intenta nunca sabrá si realmente puede hacerlo. Si las carreras de resistencia fueran fáciles de terminar las haría todo el mundo. Si estudiar en la universidad fuera algo sencillo todos seríamos médicos, abogados, arquitectos... y todos tendríamos buenos trabajos. Todo cuesta más o menos sacrificio y esfuerzo.
Muchas veces la diferencia entre una imposición y un deber es la motivación o el compromiso que adquiere el individuo con sigo mismo. Cuantas veces has oído: “No lo intentes, es muy difícil”, “Eso no está hecho para ti”, “Para que te vas a esforzar si no lo vas a conseguir” o “Eres demasiado mayor para hacer eso”. ¿Quién dice que no podemos hacer algo que realmente nos gustaría hacer? Somos humanos y todos nos podemos equivocar.
Muchas veces a la hora de querer hacer algo diferente en nuestra vida estamos llenos de prejuicios y tenemos miedo a fracasar. Todas estas cosas nos condicionan y nos suponen un lastre que nosotros mismos tenemos que ser capaces de cortar. Es normal a nadie le gusta fracasar y perder el tiempo.
Pero de ahí a que el miedo domine nuestra vida... Las cosas hay que intentarlas. Si ni siquiera tenemos fuerza de voluntad para cambiar las cosas que no nos gustan nos convertiremos en conformistas. Eso es lo peor que nos puede pasar, si de verdad nos gusta algo deberíamos hacer todo lo posible por conseguirlo sin importarnos las opiniones de los demás, sobre todo las destructivas y carentes de utilidad.
También tenemos que ser realistas con nosotros mismos y saber que ciertas cosas pueden ser inalcanzables. Es prácticamente imposible que seas el campeón del mundo en la disciplina del maratón si empiezas a correr a los treinta años. Pero si empezamos a correr con esa edad, es posible que poco a poco y si progresamos adecuadamente, con el tiempo podamos correr un maratón a un buen ritmo y disfrutar.
Por otro lado puedes rodearte de pensamientos negativos o simplemente no hacer nada y con treinta años no querer correr. Tu decides. En tu mano está hacer o no las cosas que quieres, que te gustan y que marcarán tu camino. Correr solo es un ejemplo. No necesitas a nadie para poder hacerlo. Es suficiente con que tengas tu propio apoyo ya que dispondrás de la motivación necesaria para hacerlo que quieras.
A veces basta con un pequeño empujón o un cambio de perspectiva para darnos cuenta de lo que verdaderamente queremos. Tienes que valorarte, cumplir lo que te propongas y vivir una vida satisfactoria. Empieza por entender tus necesidades y tus deseos para después centrarte y conseguirlos.
Ten en cuenta que buena parte de los momentos malos de una carrera los tiene la mente y que esta te puede impedir seguir adelante o que llene tu cabeza de pensamientos negativos. En muchas ocasiones puede ocurrir que no se tenga ningún problema físico sino de una lucha interna con tus pensamientos que hagan peligrar el normal funcionamiento de la carrera. Aumentan nuestras inseguridades y no es fácil librarse de ellos. Cuando esto pasa habrá que actuar contra ellos y darles la vuelta. Si pones un poco de optimismo todo te irá mejor. Estos son unos consejos para que esto no pase:
Intentar pensar en algo diferente.
Trata de distraerte.
Permanece centrado.
Conoce el recorrido.
Divide por tramos el recorrido.
Trabaja por kilómetros.
Respira.
Intenta encontrar motivos para seguir adelante.