77-PRINCIPIOS
HASTA PARA CORRER HAY QUE TENERLOS
Javier Sanmartín Soler


Correr forma parte del ser humano y ya desde la época griega se detallan entrenamientos militares para poder preparar a los soldados para hacerlo durante horas como parte de su preparación física.
Así el poeta romano Décimo Julio Juvenal (60 d.C. - 128 d.C) acuñó la frase: “Mens sana in corpore sano” que significa “Mente sana en cuerpo sano” y que aboga por una mente tranquila, un cuerpo sano y una alma fuerte. Esta frase deriva del dicho: “Orandum est ut sit mens sana in corpore sano” que significa: “Se debería orar para tener una mente sana en un cuerpo sano”.
Correr no es solo mover las piernas rápidamente sino que es todo un arte en si que requiere técnica y estudio. Sócrates, uno de los padres de la filosofía occidental dijo: “Una vida que no se estudia no merece la pena vivirla”.
La mayoría de las personas durante su vida no alcanzan todo su potencial y son pocos los que lo consiguen. Al correr debemos utilizar todas nuestras habilidades e inteligencia. Hay algo de espiritual en las carreras fondo ya que el cuerpo humano tiene sus propias limitaciones. Correr largas distancias puede dar a las personas que lo practican un modo de encontrar las respuestas a las preguntas más profundas de la vida.
“Si ves que las enseñanzas son adecuadas para ti, aplícalas a tu vida tanto como puedas. Si no te van bien, déjalas ser”.
(Dalai – lama del Tíbet)
De hecho esta es la base filosófica del budismo que nos aconseja cuestionar lo que oímos, experimentar la verdad por uno mismo y finalmente hacerla nuestra. El propósito de incluir algunos principios del budismo en las carreras es el de tranquilizar la mente mediante la meditación y así poder experimentar la comprensión más profunda y liberadora de uno mismo.
Una comprensión que nos demuestra quienes somos y el sentido de la vida para podernos realizar espiritualmente. La meditación facilita esta comprensión. Con esta perspectiva el budismo invita a dedicar el esfuerzo espiritual no solo de uno y de sus seres queridos, sino también al beneficio e iluminación de todos los seres ya que considera que todos están interconectados.
Las capacidades de nuestra consciencia sensorial pueden variar dependiendo de muchos factores. Así pues en ciertas circunstancias específicas se alcanzan niveles asombrosos y las personas pueden ver las cosas de manera más clara y nítida.
Según los budistas para tener una concentración correcta la mente a de volverse aguda y libre de distracciones. Y al conseguir esto seremos capaces de interiorizar la verdadera naturaleza de las cosas. Sin esta concentración cualquier comprensión de las cosas será superficial y poco efectiva.
Por contra el “samadhi” es un estado de concentración en el que la mente consigue profundas comprensiones de la realidad y es el objetivo buscado entre los practicantes del hinduismo y el budismo. En este estado uno siente que alcanza la unidad con lo divino.
Lo cierto es que budistas o no el potencial que tenemos en nuestro interior lo debemos intentar sacar a lo largo de nuestra vida por lo menos si queremos tener una vida plena. Cuando Albert Einstein estaba ocupado con algún problema teórico se decía que caía en este estado y permanecía sin moverse ni darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor.
“La felicidad es en realidad muy sencilla. El secreto está en querer lo que tienes y no en querer lo que no tienes”
(Buda)
Esto parece algo simple pero en realidad no lo es y cuanto más tiempo tardemos en aprenderlo más infelices seremos.