74-ESPIRITUALIDAD

SENTIRSE BIEN HACIENDO DEPORTE

Javier Sanmartín Soler

Para poder tener un control total sobre nosotros mismos tenemos que actuar como una sola unidad (cuerpo, mente y alma). Las actividades físicas como correr permiten que se active la capacidad pulmonar, se tenga un buen control sobre la respiración, buena capacidad cardíaca y de irrigación. Haciendo que expulsemos de nuestro cuerpo la energía negativa concentrada y las toxinas.

Lo que está claro es que con el deporte viene de la mano una mejora física y mental ¿Entonces porqué no va a existir una mejora a nivel espiritual? Aunque no en todos los deportes o actividades físicas se tiene por qué producir esta mejora. Es evidente que el deporte desde sus orígenes ha estado relacionado con la espiritualidad humana. Los Juegos Olímpicos en sus inicios consideraban que el hombre se transportaba hacia lo divino a través del movimiento. Desde entonces el deporte se considera un instrumento de liberación humana.

La espiritualidad conlleva una extensión del límite físico. Todo se vuelve secundario cuando en nuestro interior existe una sólida paz. Una mente cerrada bloquea el crecimiento espiritual y para progresar en nuestro crecimiento interno continuamente se ha de estar dispuesto a escuchar y a aprender.

En principio lo más normal que para alcanzar la espiritualidad lo hagamos a través de una escuela filosófica, una doctrina o una ideología. Pero no solamente ahí se puede alcanzar esa meta. La gente tampoco necesita una conexión tan profunda en su vida ni pertenecer a una escuela para conectar con su yo más profundo. Pero también podemos alcanzar la espiritualidad en la vida diaria realizando las tareas que consideramos normales.

Lo cierto es que correr se puede convertir en algo personal y profundo. Poner un pie delante del otro durante horas, sin ser consciente de tu cuerpo, sumido en tus pensamientos y sin importar nada más en el universo, puede considerarse una forma de alcanzar la espiritualidad. Nunca se sabe como cada uno de nosotros podemos alcanzarla. Lo más importante de la espiritualidad es poder sentirse libre con lo que estemos haciendo. Se trata de sentir bienestar al hacer ejercicio.

Hay personas que alcanzan esta espiritualidad corriendo y para finalizar a modo de curiosidad os voy a hablar de una carrera oculta y apenas conocida para la mayoría de corredores. Se denomina “Self Transcende”, no la suelen corren corredores profesionales y es extrema. Es una autentica marcianada,

Se trata de la carrera más larga del mundo registrada. Son 3.100 millas (5.000 Km) el equivalente a correr 120 maratones o cruzar Estados Unidos de costa a costa y que se realiza cada año el mes de junio en el barrio de Queens en Nueva York.

También se la conoce como la carrera eterna. Se trata de una carrera no competitiva (no se corre contra otros participantes, se corre contra uno mismo) y se realiza sobre un trazado de poco mas de 800 metros de longitud, por lo que hay que dar 5.649 vueltas para llegar a meta.

La suelen correr cada año una docena de personas de entre ellas unas tres mujeres. Los participantes realizan una media de 100 km al día para luego descansar. El límite para esta carrera es de 52 días. Los participantes más que correr parece que meditan tratando de buscar el perfeccionamiento interno así como el externo. La primera edición de esta prueba se celebró en 1996 y el récord de la prueba es de data del año 2006 con un tiempo de 41 días y 8 horas. Una mujer (Suprabha Beckjord) ha conseguido terminar la prueba en trece ocasiones.

Los orígenes de esta carrera se deben remontar al año 1964 cuando llegó a Nueva York un gurú (Sri Chinmoy) para enseñar una rama de meditación y cambio personal en la que la actividad física (en concreto la carrera a pie) y la espiritualidad juegan un papel muy importante. Esta filosofía atrajo a miles de personas por todo el mundo entre ellos el atleta olímpico Carl Lewis y el ultra fondista Yiannis Kouros.