61-CONFIA EN EL ENTRENAMIENTO

CUANDO TENGAS DUDAS

BLOQUE I

Javier Sanmartín Soler

Antes y durante la planificación de una carrera es normal que tengamos serias dudas de si nuestro rendimiento va a ser el adecuado para el día de la carrera y tengamos la preocupación de si el esfuerzo realizado merece la pena.

Esto es normal, habitual y le pasa a todo el mundo. Cuando digo a todo el mundo me refiero desde el corredor ocasional que corre una carrera popular por ejemplo una 10 K, como al corredor profesional que disputa unos juegos olímpicos. Somos humanos y todos tenemos nuestros días buenos y nuestros días malos. Además el estado anímico también puede variar y puede afectar a nuestro rendimiento deportivo.

Es común que antes de una prueba estemos nerviosos ya que para nosotros es importante lo que hacemos (igual que cuando un actor realiza una obra de teatro y los minutos previos a la representación está algo inquieto). También durante la realización de la prueba es habitual que nos invadan las dudas y los fantasmas que todos tenemos y que nos quieren alejar de nuestras metas.

En estos momentos es cuando la mente desempeña un papel fundamental en el desarrollo de los acontecimientos. Debemos de ser capaces de sobreponernos a las adversidades, tranquilizarnos y confiar en nosotros mismos.

Si hemos entrenado correctamente siguiendo un plan de entrenamiento marcado, o sencillamente hemos entrenado por nuestra propia cuenta de forma adecuada (eso si nuestros objetivos son realmente factibles y adecuados para nuestras capacidades) lo que debemos hacer es confiar en el entrenamiento.

Debemos pensar en el trabajo continuo y constante esfuerzo que hemos realizado hasta la fecha, y esto hará que tengamos mayor confianza en nosotros mismos y en nuestras posibilidades, ya que nos aportará la tranquilidad de haber hecho previamente las cosas de la manera correcta. Es como cuando éramos pequeños en el colegio, es mas fácil aprobar un examen si lo hemos preparado con tiempo y hemos estudiado con regularizad que no si lo dejamos todo para última hora y vamos a prisa y corriendo.

Una persona desmoralizada y desganada es incapaz de encontrar los recursos y la motivación suficientemente para continuar corriendo en una prueba de larga distancia y se parará. Es habitual que durante este tipo de pruebas se tenga algún altibajo respecto al estado anímico ya que son muchas horas las que la persona pasa pensando consigo misma y no siempre está animada. Pero aquí es donde el corredor debe encontrar la motivación suficiente para salir de ese pozo y recuperar la moral perdida.

Desde luego que en estos casos la experiencia juega un papel importante ya que los corredores más experimentados están acostumbrados a gestionar correctamente este tipo de emociones más que los corredor noveles. Si no somos capaces de dominar eso lo más probable es que acabemos arruinando nuestra carrera.

Siempre que una persona corre una prueba de fondo se cuestiona si va a estar a la altura o apunta demasiado alto respecto a sus capacidades. O que a lo mejor este no es su sitio ya que los corredores que ve a su alrededor piensa que tienen mejor pinta que el, etc... Es entonces cuando hay que cerrar los ojos, respirar profundo y tranquilizarse. A partir de ese momento es mejor que el entrenamiento que llevamos acumulado en nuestro cuerpo hable por nosotros. Cuando comienza la prueba todas las dudas e inquietudes se deben quedar en la línea salida mientras el cuerpo avanza hacia delante y hace lo que ha estado preparándose para hacer, sin ningún tipo de presión.

Más adelante en pruebas de larga duración las dudas e inseguridades vuelven como fantasmas e intentan mermar de nuevo tu ánimo, tu moral e incluso querrán que abandones. Tienes que aprender a lidiar con estos fantasmas. En una carrera se experimentan bajones y subidas de ánimo de una manera cíclica. El componente anímico juega un papel importantísimo y todo corredor debe saber canalizar estas emociones de la mejor manera que pueda.