56-MUSCULOS

CONSIDERACIONES

Javier Sanmartín Soler

El cuerpo humano tiene unos 650 músculos, lo que nos permite realizar innumerables movimientos. Los músculos están hechos de un tejido elástico, compuesto por miles de pequeñas fibras alargadas que se encuentra en la mayoría de animales, que generan un movimiento al contraerse o relajarse. Están unidos al esqueleto a través de los tendones y son los responsables del movimiento del cuerpo. Los músculos se pueden dividir en voluntarios o involuntarios. Los primeros se contraen cuando la persona quiere y en los segundos la persona no tiene ningún control voluntario sobre ellos.

Al contraerse se acortan y se tira del hueso o de la estructura a la que se encuentran sujetos. Cuando acaba el trabajo recuperan su posición de reposo. Su forma es variable, la más típica es la forma de huso muy alargado (grueso en el centro y fino en los extremos). Existe una gran variedad de ellos, hay músculos planos, otros que son muy cortos, otros que son grandes, potentes, etc... Además junto con los huesos sirven como protección a los órganos internos. Las características de los músculos son las siguientes:

  • Pueden contraerse.

  • Pueden deformarse.

  • Son blandos.

Su misión principal es la de mover las diversas partes del cuerpo apoyándose en los huesos que hacen palancas con un trabajo de extensión y de flexión. Consecuencia del trabajo de los músculos es la producción de calor que interviene en la regulación de los centros nerviosos. Los músculos consumen oxígeno y glucosa. Cuando se realiza un esfuerzo grande y prolongado aparece la fatiga muscular y los calambres por la acumulación de toxinas ya que no se satisfacen las necesidades musculares. Estas toxinas desaparecen con el descanso apropiado y con masajes. Tenemos tres tipos de músculos:

  • Músculo liso.

  • Musculo esquelético.

  • Músculo cardíaco.

- El músculo liso: también llamado músculo involuntario (ya que no tú no puedes controlar su movimiento). Suelen estar formados por capas o láminas dispuestas unas encima de las otras. El cerebro y el cuerpo es el que controla sus movimientos sin que puedas intervenir voluntariamente. Estos músculos requieren una contracción lenta y sostenida. Tenemos músculos lisos que funcionan por todo el cuerpo (ej: en la vejiga y se encargan de retener la orina). Se ubican en los órganos internos, en el aparato reproductor y excretor, en la piel y en los vasos sanguíneos.

- El músculo esquelético: es conocido también como músculo estriado. En ellos el movimiento es voluntario y forman parte del sistema musculoesquelético (colaboran con los huesos para dar al cuerpo fuerza y potencia. Permiten la función locomotora). En la mayoría de los casos suelen comenzar en el extremo del hueso al que está unido, lo recubren en toda su longitud y finaliza en el extremo de otro hueso. Existen músculos esqueléticos de muchas formas y de tamaños que desempeñan funciones distintas. Se los ubica principalmente en las piernas, brazos, el abdomen y el pecho (ej: bíceps, tríceps y cuádriceps). Y son los que se desarrollan con el ejercicio físico. Se contraen rápidamente y con fuerza, por eso se agotan con facilidad y tienen que descansar entre esfuerzos.

- El músculo cardíaco: Los músculos cardíacos únicamente se encuentran en el corazón. Al igual que los músculos lisos, los músculos cardíacos funciona solos. Poseen unas características anatómicas especiales que permiten bombear sangre a todo el organismo, haciendo cambiar el volumen de las cavidades internas.

Al correr ejercitamos más de 200 músculos por lo que implica el trabajo conjunto de numerosos músculos. La práctica frecuente de la carrera a pie hace que se elimine grasa de puntos clave de nuestro cuerpo y hace que tengamos los músculos definidos. Al mover las piernas y correr trabajan bastante los gemelos, sóleo, psoas, cuádriceps, glúteo mayor, isquiotibiales... pero el tren superior también lo hace (hombros, brazos, pecho, dorsales, abdominales...).

Por eso se considera la carrera como un deporte aeróbico de referencia. Hay que correr de manera que los músculos se habitúen a entrenar y comenzar de poco en poco, de manera progresiva hasta adquirir la condición adecuada. En periodos carentes de ejercicio o tras un periodo de ejercicio considerable, notaremos un dolor intenso y localizado que puede afectar a nuestra movilidad y flexibilidad durante unos días. Por lo que tendremos cuidado de no hacerlo de forma esporádica y con una alta intensidad.

De los numerosos músculos que intervienen en la carrera a pie comentaremos solamente dos, se consideran importantes y son el corazón y el diafragma.

El corazón

En anatomía es el órgano principal del aparato circulatorio. Pero también es un músculo especializado que se encarga de bombear la sangre al organismo. Por lo tanto es un órgano del cuerpo y a la vez es un músculo. Hace siglos se pensaba que el corazón estaba limitado a una cantidad de latidos y quienes lo aceleraban demasiado morían jóvenes. Pero ahora conocemos mucho más y sabemos que si lo ejercitamos lo hacemos más fuerte. Correr protege al corazón pero hay que estar habituado al entrenamiento ya que sino podemos causarle graves daños. Correr de forma regular contrarresta los factores de riesgo propios del corazón como pueden ser la hipertensión, la diabetes, el colesterol y el estrés.

Con el ejercicio se consigue aumentar el grosor de las paredes de la parte izquierda del corazón (del ventrículo izquierdo). No es que el corazón aumente su masa muscular sino que se desarrolla la capacidad para bombear más sangre con cada latido. Correr implica ejercitar muchos músculos por lo que un corazón entrenado facilita el bombeo de sangre para el buen funcionamiento de estos.

El corazón está situado dentro del tórax entre los pulmones y posee cuatro cavidades, dos superiores llamadas aurículas y dos inferiores, los ventrículos. Las aurículas son cámaras de recepción, que envían la sangre que reciben a los ventrículos que funcionan como cámaras de expulsión. Se divide en dos bombas que funcionan juntas por medio de contracciones. La entrada de sangre al corazón se conoce como diástole y la contracción que saca la sangre del corazón se llama sístole. Cuando nos tomamos el pulso lo que notamos es la contracción que saca la sangre del corazón (sístole).

Las carreras de ultra fondo suponen un reto para el corazón del deportista ya que trabajará con unas intensidades elevadas que rondan el 70 y 80% de la frecuencia máxima cardíaca durante muchas horas, por lo que este tiene que ser fuerte para sentir que nada le puede parar.

El diafragma

Al correr, el volumen de aire que bombean los pulmones puede ser 16 veces mayor que si estamos en reposo. También aumenta el consumo de oxígeno hasta los 5 litros por minuto y la frecuencia respiratoria hasta las 40/50 respiraciones por minuto. Por lo que la respiración cobra importancia.

El diafragma es el músculo más importante que interviene en la respiración. Es ancho y está situado entre las cavidades pectoral y abdominal. Al respirar tomamos aire por la boca y la nariz, entonces el diafragma auxilia al aparato respiratorio para que fluya el aire. Gracias a su dilatación y contracción facilita la salida y la entrada del aire de los pulmones.

Los nervios frenéticos controlan el movimiento del diafragma y sus contracciones involuntarias pueden causar hipo. Existe una respiración conocida como diafragmática o abdominal, que consiste en respirar profundamente en los pulmones mediante la flexión del diafragma. Esta respiración profunda expande el estómago en vez del pecho. Respirar con el diafragma mejorará nuestra rendimiento.