54-SOLO O ACOMPAÑADO

COMO PREFIERES ENTRENAR

Javier Sanmartín Soler

Correr debería ser un placer tanto si lo hacemos solos como si lo hacemos acompañados. Correr solo tiene una serie de ventajas y una serie de inconvenientes frente a hacerlo acompañado y que debemos asumir. Cada uno debe valorar los pros y los contras de estos entrenamientos para determinar que es lo que le conviene a la hora de fijarse unos objetivos.

Las ventajas de entrenar solo:

  • Es más sencillo organizarse.

  • Hay menos distracciones.

  • Es más fácil concentrarse.

  • Se aprovecha mejor el tiempo.

Los inconvenientes de entrenar solo:

  • Es más difícil a la hora de progresar.

  • Nadie te puede corregir o ayudar.

  • Es más aburrido.

Lo más complicado de correr acompañado es poder encontrar al compañero adecuado que tenga tus mismas inquietudes y un nivel físico parecido al tuyo. Hay corredores que no pueden correr solos y necesitan de otro compañero o de un grupo que los motive. Si te acostumbras a entrenar solo (no se trata de no querer entrenar con otras personas, ni de no querer relacionarte con los demás) se trata de planificarse uno mismo como mejor te convenga y conseguir optimizar al máximo los recursos. Por eso para mí los principales beneficios de entrenar solo son:

Poder concentrarnos en nosotros mismos, nuestra respiración, ritmo y sensaciones, pensar en nuestras cosas, poder disfrutar del silencio y de la libertad. Poder relajarnos, pensar e incluso meditar para conocernos mejor. Correr de manera individual es un momento reservado para nosotros sin que nadie interfiera en nuestros pensamientos.

Lo cierto es que cuando corremos o entrenamos una prueba de ultra resistencia nos depararán horas y horas de soledad, con la única compañía de nuestra mente. Son pruebas en las que al estar tantas horas corriendo el principal enemigo es uno mismo. La cabeza nos puede jugar malas pasadas en cuanto a la concentración que se debe tener para finalizar estas carreras.

Con el paso de las horas llegaremos a un punto en el que la cabeza tomará el control de la carrera y ese puede ser un punto crítico. Es aquí donde el corredor tiene que sacar fuerzas para continuar adelante y si no puede correr tendrá que caminar rápido. Si no puede caminar rápido lo tendrá que hacer despacio y si ni siquiera puede caminar, tendrá que parar para descansar. El objetivo de estas carreras es parar lo menos posible y avanzar.

Es complicado hacer esto cuando el cuerpo está al límite de las fuerzas ya que la cabeza tampoco puede hacerlo con la lucidez que cabría esperar. Tampoco ayudará que llevemos corriendo horas y horas en soledad ya que estas pruebas son así. Puedes estar corriendo con un grupo o un amigo pero cada uno estará sumido en sus pensamientos.

No es como un maratón que más o menos la gente normal los suele hacer en un tiempo comprendido entre tres y cinco horas, se realizan en ciudades y durante el recorrido se ve a gente continuamente ya que participan miles de personas y en el recorrido acuden otras tantas. Muy mal se te tiene que dar para sentir la soledad en este tipo de carreras porque generalmente no existe. Sin embargo en carreras de ultra distancia lo normal es que la soledad vaya de la mano del corredor desde la salida. A más kilómetros mayor soledad.

En este tipo de pruebas lo normal es que participan cientos de personas, aunque algunas conocidas pueden reunir a varios miles de corredores, pero no es lo habitual. En ciertas ocasiones las carreras comienzan de noche para evitar correr durante las horas de máxima temperatura de sol del día, pero que desde el comienzo son una continua lucha contra esta soledad.

La diferencia en estas pruebas son las horas de carrera ya que tienen una duración considerable que hay que tener en cuenta y los parajes por donde discurren que contribuyen a que cada corredor se sienta pequeño. En estas carreras la soledad que se puede llegar a experimentar es sobrecogedora. Hay personas que no soportan la soledad que se experimenta y les supone correr con una losa encima. El que no tolera la soledad no suelen participar en estas carreras, o si prueban no repiten. La soledad forma parte de estas carreras y no es mala, cada corredor debe aprender a convivir con ella de la mejor manera posible. De hecho muchas veces la gracia de estas carreras reside en que:

  • no son pruebas multitudinarias.

  • tampoco acuden muchas personas para presenciarlas.

  • no son aptas para todos los corredores.

  • no porque uno las prepare a conciencia tiene garantías de terminarlas con éxito, ya que dependen de numerosos factores que hay que tener en cuenta.

Estas carreras implican una mente fuerte y trabajada que va creciendo continuamente y gracias a ello se superan los límites establecidos. Entrenar solo o acompañado dependerá de cada uno, pero lo cierto es que cada corredor tiene que estar familiarizado con esta soledad. No suponerle ningún problema estar corriendo durante horas, con la única compañía de uno mismo sin importar nada más que no parar.