37-ROZADURAS
UNA COSA PEQUEÑA PERO INCOMODA
Javier Sanmartín Soler


Las rozaduras pueden arruinar la carrera que pretende acabar un corredor o dejarnos fuera de juego unos días después. Se producen por la combinación de sudor y movimiento continuo que nuestro cuerpo no puede evaporar. Generalmente aparecen cuando el deporte que se practica es más intenso y prolongado. En el ultra fondo suelen ser un problema habitual y se pueden agravar si no le damos la importancia que merecen. Las zonas más susceptibles en las que suelen aparecer son:
Axilas.
Pezones.
Entrepierna.
Pies.
Los síntomas son escozor y dolor. Suelen aparecer en los lugares de nuestro cuerpo donde exista una continua fricción. Y la mayoría de las veces desencadenan en una herida o en la formación de una ampolla. Fruto del continuo roce es común que se cree una ampolla y que se llene de líquido.
Generalmente para evitar las molestas rozaduras y la aparición de ampollas se utiliza la vaselina. La vaselina actúa como lubricante evitando que la piel roce y se genere una herida. En el caso de las rozaduras es mejor antes prevenir que curar. Por eso se deben tomar una serie de precauciones:
La ropa y el calzado que usemos para correr deben ser transpirables, han de quedar ceñidos al cuerpo, ser de nuestra talla y sin costuras.
Dentro de la ropa deportiva es mejor el uso de la licra que el algodón ya que este absorbe la humedad y es propenso para que aparezcan las temidas ampollas.
El día de la prueba evitar ropa y calzado nuevos.
Durante el entreno o carrera hay que beber agua con frecuencia para evitar las rozaduras ya que al beber se suda con mayor facilidad.
Dependiendo de las dimensiones de la ampolla actuaremos de una manera o de otra:
Si la ampolla es pequeña, no se toca, simplemente se tapa con apósitos hasta que desaparezca por si sola.
Si la ampolla tiene un tamaño considerable se puede pinchar por un lado con una aguja estéril y drenar el líquido acumulado. Posteriormente no arrancaremos la piel ya que esto nos producirá escozor. Hay que dejarla secar unos días para luego quitarla cuando ya no nos moleste.
Además con las ampollas hay que tener unas medidas básicas de higiene como son lavar la herida con agua y jabón y vendarlas si usamos calzado cerrado. Al hacer una carrera de larga duración conviene ponerse vaselina en las zonas citadas anteriormente (axilas, pezones, ingles y pies) así como en las zonas susceptibles de continuos roces (ej: la zona de la espalda donde portemos la mochila) ya que lo que empezará como una pequeña molestia si no lo atajamos de raíz desembocará en una herida o una ampolla bastante dolorosa que nos impedirá rendir al 100%.
En el transcurso de una carrera debemos llevar como material imprescindible en nuestra mochila vaselina para prevenir la aparición de rozaduras. Una vez que notemos las primeras molestias será mejor parar unos segundos que no retrasar lo inevitable y al final tener que sufrir las molestas consecuencias durante horas hasta finalizar la prueba.
Nuestro cuerpo (en este caso la piel) se tiene que acostumbrar a las horas continuas de carrera y al principio es probable que seamos mas propensos a que aparezcan estas incomodidades en determinadas zonas y que con el tiempo apenas serán significativas. De todas maneras, la vaselina siempre es un buen aliado a la hora de correr y nunca la llevaremos de más.