295-MI UNIVERSO. JULIO 2024

DEMASIDO CALOR

Javier Sanmartín Soler

El 1 de julio me quedaba sin Mara durante un mes y no me gustaba nada. Ya llevaba años con esa situación y no me acostumbraba. Me cabreaba y no me apetecía aguantar a nadie. Pero para este año había diseñado un plan para estar entretenido y que el mes se pasase pronto.

Como en verano hacía calor por las tardes prefería entrenar mejor por las mañanas, así que voluntariamente decidí que ese mes trabajaría las tardes. Laboralmente era un suicidio puesto que el calor sería asfixiante y todos mis compañeros preferían trabajar de mañanas, así que no tuve problemas para cambiar.

Con las mañanas libres y sin madrugar mucho quería aprovechar para hacer el mayor número de kilómetros que pudiera. Lo máximo que había corrido un mes habían sido unos 750 kilómetros y la idea era rebasar esa marca. No sé lo que podía correr, si hacía una media de un maratón al día sería una pasada. Pero eso era la teoría y sabía que hacer eso sería complicado. Había muchos factores que tenía que tener en cuenta y que podían alterar el resultado. Aun así estaba decidido y quería intentarlo.

Los días previos me encargué de dejar la nevera bastante llena y tener provisiones de sobra para poder despreocuparme un tiempo en ir a hacer otra compra. También dejé limpia la casa y los vehículos para olvidarme de ellos durante un tiempo. Atendí a mis amigos por los mismos motivos ya que sabía que correr me iba a quitar bastante tiempo. La última semana de junio la disfruté con mi hija y celebramos que había sacado buenas notas. Se merecía un buen verano y lo iba a tener.

El 1 de julio comenzaba el reto. Sabía que no iba a poder entrenar mucho ese día ya que sobre las 12 h se fue mi hija y a las 14 h me tenía que ir a trabajar. Pero tenía que tener paciencia puesto que el mes acababa de empezar, sería largo y ya recuperaría lo que no había podido entrenar.

Julio se componía de cuatro semanas completas y tres días sueltos. Si quería hacer las cosas bien tendría que madrugar y salir a correr un par de horas. Amanecía pronto y a partir de las diez de la mañana ya hacía bastante calor por lo que lo aconsejable era salir a las 08:00 h como tarde. Luego podría relajarme un par de horas y sobre las 12 h ya tendría que estar en el gimnasio para seguir corriendo otro par de horas. Si todo iba bien ya habría corrido un maratón. A las 14:00 h dejaría de correr, luego me ducharía e iría directamente a trabajar ya que entraba a las 14:30 h.

Comería nada más entrar mientras mis compañeros tomaban café y después de salir del trabajo me iría a casa. Sobre las 22:30 h haría mi sesión de pesas y de ejercicios que me solía costar un poco más de una hora. Después de todo eso ya solo me quedaría cenar y acostarme. Eso era lo que tenía en mente hacer durante un mes seguido. Los fines de semana aprovecharía que no tenía que trabajar y recuperaría algo de lo que no hubiese entrenado durante la semana.

Pues pronto me di cuenta de que la teoría estaba muy bien pero no la iba a cumplir. De hecho creo que no lo hice ningún día. Había muchas variables. La primera era que no quería madrugar en exceso. Si me acostaba a la una de la mañana me costaba madrugar y correr. Además no tenía casi tiempo de recuperación. Empezó a hacer mucho calor y era peligroso entrenar en la calle en las horas centrales del día y por la noche no se podía descansar bien. No podía compatibilizar todo lo que quería hacer aunque quisiera, trabajar me quitaba bastante tiempo. El estrés se acumulaba y no llegaba a todo. Así que tuve que recomponerme y bajar un poco el listón.

Los entrenamientos de correr los tuve que partir en varias sesiones diarias por culpa del calor. Alternaba poder correr en la calle y en el gimnasio. Cuando salía de trabajar aprovechaba para correr aunque los termómetros aun registraban temperaturas altas. Algún día corrí en tres sesiones. Con el calor que pasaba al trabajar me parecía que se estaba bien en la calle entrenando por la noche. De hecho el calor fue un importante condicionante y dependiendo de el tuve que improvisar.

La primera semana recorrí unos 250 kilómetros, la segunda unos 200, la tercera semana otros 200 y la última semana del mes otros 250 kilómetros. Los tres días sueltos que quedaban para terminar el mes hice unos 100 kilómetros. Así que el total del mes fueron 1.002 kilómetros. Eran casi 24 maratones (menos 10 kilómetros) lo que había hecho. La media diaria fue de 32,32 kilómetros lo que equivalía a unas tres horas corriendo. Era un 40% más de lo que solía entrenar cada mes y desde luego que había logrado el objetivo que me había propuesto.

Por curiosidad consulté la base de datos de la aplicación Strava en la que colgaban otros deportistas lo que habían corrido durante ese mes a nivel mundial. Un corredor había hecho lo que yo pretendía hacer (un maratón al día) y había finalizado con un total de 1.309 Km y se había quedado en 7º lugar. El primer clasificado había corrido 1.636 Km y el 10º que era el último de ese ranking había hecho 1.276 Km. Al final no lo había hecho tan mal y físicamente me encontraba bien. Pero necesitaba un descanso puesto que el mes había resultado demasiado absorbente.