287-MI UNIVERSO. NO ESTOY CENTRADO

DEJARME TRANQUILO

Javier Sanmartín Soler

Para finales de octubre aún había dos cosas que no había zanjado. Se habían dilatado demasiado en el tiempo y aún había podido solucionar. Las dos estaban asociadas con la lluvia que inundó mi garaje el verano.

La primera era el siniestro del trastero. Dentro del trastero entró agua y barro a una altura de unos 80 cm.. Se derramó pintura y otros líquidos por lo que tuve que tirar muchas cosas. Otras se pudieron salvar ya que solo había que limpiar o lavar. Se estropearon estanterías y herramientas. El suelo que había pintado con una pintura especial se agrietó y tuve humedades durante unos meses. Vamos una auténtica pesadilla ya que el trastero estaba bien equipado y organizado.

Antes de irme de vacaciones vino un perito del consorcio de compensación de seguros para hacer fotos y tomar notas del siniestro. Después hubo que mandarle la documentación que pedía y no era poca. Pues con todo eso hecho a finales del mes de julio me fui de vacaciones un mes. Pasó el tiempo y en septiembre recibí un correo en el que me decía que no había entregado la documentación que me habían pedido y que se cerraba el expediente del siniestro del trastero. Enseguida me puse en contacto con el consorcio y les expliqué que eso no era así y que se le había mandado todo en los plazos estipulados.

Pues a partir de aquí empezó el tormento. Me asignaron a una persona que me iba a atender para reabrir el expediente. Cada semana la tenía que llamar porque siempre surgía algún imprevisto. Tuve que ir al banco unas cuatro veces, no leía los correos que le mandaba, faltaba documentación, etc... todo un desastre que hubiese desquiciado a cualquiera. Lo cierto es que no necesitaba el dinero de la indemnización, pero me reventaba que se intentasen aprovechar de mi.

Cada semana era una zancadilla para ver si no me levantaba y lo daba por perdido. Pero eso no iba a pasar ya que tarde o temprano iban a aceptar mi siniestro puesto que su obligación era encargarse de los daños. Todos los vecinos ya la habían cobrado y solo faltaba yo. Era un sufrimiento continuo ya que tenía que estar pendiente y no me gustaba. No era mi trabajo.

Mi segunda preocupación era no tener coche. Desde septiembre que Mara ya había empezado el colegio me empezaba urgir Pude aguantar unas semanas mientras me decidía, pero el día 30 ya reservé uno de segunda mano. Como el futuro de los coches no estaba muy claro en cuanto a la variedad de motores que existían me decanté por una opción sensata. Se trataba de un Mini con 13 años y 86.000 Km que se encontraba en buen estado.

El día 4 de octubre lo pagué esperando que pronto me lo entregasen. Pero no fue así y había que esperar cosa que no entendía muy bien puesto que los trámites se hacían rápidamente. El coche estaba en Barcelona y lo tenía que ir a recoger allí. Cuando llamaba por teléfono para hablar con algún comercial no me cogían el teléfono, o si me lo cogían me decían que ya me llamarían la siguiente semana, etc... y mi mosqueo y preocupación iban en aumento puesto que pasaron varias semanas.

A finales del mes de octubre aún tenía que estar pendiente del siniestro del trastero y de ver si me entregaban el coche que ya había pagado. Era una guerra en toda regla, cada semana tenía que estar atento y hacer varias llamadas para achuchar y que solucionasen mis problemas. Me cabreaba mucho la informalidad de las personas y tener que estar detrás de ellos para que hiciesen su trabajo. Pero si yo no lo hacía no me iban a indemnizar y me dilatarían la entrega del coche el tiempo que quisiesen y eso sí que no lo iba a consentir. No me conocían y no se iban a reír de mí, podía ser muy obstinado.

Pero al final de alguna manera estas cosas pasan factura y no estaba totalmente centrado en lo que tenía que hacer. Debido a las preocupaciones mi cabeza no estaba centrada en entrenar todo lo que a estas alturas del año tenía que estar. No se trataba de ningún tipo de problema físico que arrastrase si no que era como entrenar sin ganas. Las preocupaciones absorbían mi energía y no disfrutaba con lo que hacía. Mi idea era que en el mes de noviembre zanjar estas preocupaciones y poder seguir con mi vida.