279-MI UNIVERSO. LA TORMENTA

LO QUE SE ME VIENE ENCIMA

Javier Sanmartín Soler

El día 6 de Julio de 2023 aún estaba satisfecho por haber corrido una carrera de 100 kilómetros el mes anterior en Santander. Era jueves y estaba trabajando cuando de repente comenzó a llover con una fuerte intensidad. No duró mucho tiempo ya que a la media hora paró, pero fue suficiente para inundar varias zonas de la ciudad. Por fuera las alcantarillas no dieron abasto y no tragaron el agua. Como consecuencia se colapsaron y ciertas partes de la carretera se encontraron con grandes charcos de agua que afectaban al paso de los vehículos.

De repente recibí la llamada de teléfono. Se trataba de un vecino de mi casa que me dijo que nuestro garaje se encontraba inundado de agua. Dentro tenía dos motos la Kawasaki y la Cagiva. La más nueva la Yamaha la había traído al trabajo. También estaba el coche y además el trastero con bastantes cosas que guardaba. Así que con toda esa preocupación pedí permiso para ausentarme del trabajo y me fui a casa andando.

El camino era corto de poco más de un kilómetro y ya había dejado de llover. Incluso ya salía el sol con fuerza y había secado el suelo. Pude ver como se había inundado de agua un túnel que da acceso a un centro comercial y estaba cortado al tráfico. Nunca había visto que por la lluvia se inundase ese sitio. Más adelante en un paso a nivel que regula el tráfico también se encontraba encharcado y no podían pasar los coches. Por este motivo había una retención de vehículos bastante importante. Me costó llegar a casa unos diez minutos y conforme me acercaba me fui poniendo más nervioso. Lo curioso era que antes de llegar a casa ya hacía calor, el sol brillaba con fuerza y había secado las zonas que no habían acumulado agua.

En el portal de casa había agua acumulada que cubría varios peldaños de la escalera. Además el hueco del ascensor estaba inundado y no funcionaba. Lo primero que hice nada más llegar fue comprobar que dentro de casa no hubiese entrado agua. Afortunadamente fue así. Mi mayor preocupación era que la terraza se hubiese desbordado y hubiese entrado agua dentro. Pero no fue el caso y respiré aliviado. Como sabía que el garaje tenía agua me quité las zapatillas y me puse unas chanclas para poder ver los daños producidos. Cuando bajé de casa en la entrada del garaje se encontraban la mayoría de vecinos. El panorama era desolador.

La entrada del garaje se encontraba bastante expuesta y si llovía mucho entraba toda el agua que bajaba de una calle próxima. No era la primera vez que pasaba ya que antes de entregarnos los pisos unas semanas antes también se habían inundado el garaje. Enfrente se encontraba otro garaje de un edificio más antiguo y habían puesto una especie de tajadera para que cuando lloviese de esta forma poder desviar el agua. Pero nosotros no lo habíamos hecho y el agua entraba sin ningún impedimento al garaje.

La puerta del garaje estaba abierta y el alumbrado aún funcionaba. La rampa del garaje ya estaba cubierta de agua y no se podía acceder. Me remangué los pantalones y saqué el teléfono para hacer un vídeo para el seguro. La mayoría de los vecinos tenían algún coche en el interior y solo se libraron dos. El más afectado fui yo ya que tenía dentro tres vehículos. A simple vista se podía ver que el agua había entrado entre 80 y 90 cm.

Mi garaje era de los primeros al entrar y ya me pude hacer a la idea de lo que había. Los coches pequeños como el mío que no eran muy altos estaban para tirar. El agua había entrado dentro y llegaba casi hasta el capó del motor. El mío concretamente tenía hasta la palanca de cambios sumergida en el agua. Los vehículos más altos tampoco se libraron ya que en el interior tenían un palmo de agua. Algunos tenían las luces encendidas, a otro le sonaba la alarma...y se podía ver claramente que todos presentaban fallos eléctricos.

Las motos que tenía junto a mi coche también estaban sumergidas. La Kawasaki que era más baja solo se veía el depósito de gasolina y el agua cubría hasta el asiento. La Cagiva era algo más alta pero también tenía el motor bajo el agua. Yo con eso ya iba bien servido. El resto de los vecinos fue parecido sin tener en cuenta los daños que tendríamos cada uno en el interior de los trasteros ya que estaban pegados a las plazas de garaje y que de momento no se podían abrir.

Después de grabar el video con los daños subí para informar de lo que había ocurrido dentro. Luego entre varios vecinos sacamos las motos del garaje empujándolas ya que eran los únicos vehículos que se podían sacar para que se fueran secando.

Se colocó una bomba de achique para que fuera sacando el agua del garaje ya que los bomberos no podían venir puesto que no daban abasto. En el resto de bloques también se veía que habían tenido problemas con el agua de alguna manera. En el garaje al lado del nuestro apenas sufrieron daños. La bomba de agua estuvo trabajando unos días ya que había mucha agua que drenar. Cuando se pudo acceder al garaje ya cada vecino pudo comprobar en qué estado se encontraban sus cosas.

Los trasteros estaban llenos de humedad, agua y la mayoría de objetos que habían estado en contacto con el agua eran para tirar. Había mucho trabajo que hacer. Al tercer día empecé a llevar los vehículos al taller ya que las grúas de Zaragoza no dieron abasto los primeros días. Yo era consciente de que mi coche estaba para tirar y las motos tenía mis dudas. El trastero tampoco estaba bien pero no podía tocar nada hasta que no viniesen del seguro a verlo. También empecé a dar partes a los seguros para que empezasen con los trámites pertinentes.

Miedo me daba puesto que los seguros siempre que se usan ponen todo tipo de problemas para intentar minimizar sus pérdidas. Estaba convencido que me iba a tocar sufrir la burocracia del papeleo y encima me había quedado de momento sin tres vehículos. Lo único bueno es que por lo menos ese mes no tenía a Mara ya que estaba de vacaciones y no le afectaba. El infierno lo tenía asegurado durante un tiempo con cuatro siniestros.