259-MI UNIVERSO. ORGANIZARSE

SABER OPTIMIZAR EL TIEMPO Y LOS RECURSOS

Javier Sanmartín Soler

Aprender a organizarse es una habilidad que se puede adquirir y perfeccionar. En mi caso me apañaba bien y aprovechaba el tiempo, o eso quería pensar. Siempre tenía cosas que hacer y la sensación de que no me cundían las horas del día. Pero eso es habitual en un adulto que trabaja, que tiene hijos y otros que haceres.

Al cabo del día hacía muchas cosas y me gustaba estar activo. Estaba ocupado sin dilatar las tareas en exceso. Pero también disfrutaba de días más tranquilos en los que me podía relajar. Sea como fuera no lo haría tan mal puesto que llegaba a casi todo lo que me proponía.

En mayo de 20222 ya sabía cuando tendría a Mara de vacaciones conmigo. Iba a ser el mes entero de Julio. Una vez que supe este extremo era cuestión de organizarme. Además la última semana de Junio Mara también estaba conmigo. Así que las fechas concretas que estaría con mi hija para el verano serían del 27 de Junio al 1 de Agosto (36 días).

Sabiendo eso la pude apuntar a un campus de atletismo del 27 de Junio al 1 de Julio para que estuviese entretenida. Después en el mes de Julio subiríamos al pueblo con mis padres y mi tía para que Mara estuviese con más personas de su edad. Así mientras Mara estaba entretenida yo tendría tiempo para entrenar.

Gracias a saber el mes que tendría a Mara de vacaciones podía organizar la carrera que quería hacer para el año siguiente. Después del verano ya solo quedarían las vacaciones de navidad. Al año siguiente elegía yo todas las vacaciones sin depender de nadie por lo que todo sería más sencillo. Solo era cuestión de elegir que cosas eran importantes, que cosas no lo eran tanto y que cosas eran prescindibles.

Apuntaba todo en el calendario y era raro que se me pasase alguna fecha. En función de si tenía a Mara organizaba mis entrenamientos. Todo giraba en torno a Mara y ella era lo más importante. Yo tenía que hacer todo puesto que ella era pequeña y ella solo tenía que esforzarse en intentar sacar buenas notas y disfrutar de su infancia. Los dos cumplíamos con creces con nuestras obligaciones.

Además también intentaba ser previsor para que pocas cosas me sorprendiesen. Mi economía no era mala y pese a los gastos mensuales siempre podía ahorrar algo. A mediados del año terminé de amueblar el piso.

En cuanto a los gastos diarios que tenía eran llevaderos ya que hacer la compra en el supermercado no era caro. Aunque los precios de los alimentos habían subido en casa solo éramos dos por lo que tampoco me afectaba en exceso. Lo mismo me pasaba a la hora de repostar los vehículos puesto que mis desplazamientos siempre eran cortos.

La ropa de Mara tampoco era excesivamente cara. Ahora ya era más mayor y la cuidaba por lo que le duraba más tiempo. Se había vuelto más exigente y elegía con antelación la ropa que iba a ponerse. Ya le podía comprar zapatillas buenas puesto que las cuidaba y a la semana hacía tres días de atletismo y dos días de educación física. Poco a poco se empezaba a interesar por las marcas.

Al final se trataba de que tuviésemos de todo y de que nuestras necesidades estuvieran cubiertas. Y lo estaban, apenas nos faltaba de nada y teníamos muchas más cosas de las que en realidad nos hacían falta. Estaba satisfecho de cómo me organizaba. Tenía que ser prudente ya que tenía una hija que cuidar y no quería que le faltase de nada.

Teníamos una bonita casa, varios vehículos, dinero, etc... eso estaba bien pero solo eran cosas materiales. Para mi lo importante era saber que todas las semanas Mara quería venir a casa conmigo.