258-MI UNIVERSO RELLENAR HUECOS

HAY QUE APROVECHAR EL ESPACIO LIBRE

Javier Sanmartín Soler

En el garaje de casa tenía dos motos y un coche. Eran suficientes para desplazarme. Podía prescindir de una moto, pero no quería. Me gustaban y podía alternarla. Apenas me daban gastos puesto que las utilizaba para desplazamientos cortos y al mes gastaba un depósito de gasolina de cada una. Con el coche pasaba lo mismo, estaba cuidado y de mantenimiento era económico.

Tenía bastante espacio para aparcar y quería hacer algo para completar el hueco sobrante puesto que sentía que no aprovechaba del todo el garaje. Había barajado varias opciones. No me sobraba el dinero, pero mi situación económica no era mala y podía hacer algo en ese aspecto. Quería meter algo más en el garaje pero sin comprometer mi economía.

Podía meter un remolque, pero apenas lo iba a utilizar y ocupaban bastante espacio. Esa opción pronto la descarté. También barajé comprar una furgoneta pero realmente no me hacía falta. Costaban bastante dinero y no tenía mucho sentido tener una cuando tenía el coche casi nuevo.

Los quads eran vehículos que ya entraban dentro de mi presupuesto. Me podía permitir tener uno decente. El espacio que ocupaban era razonable pero lo que no me gustaba era que eran una fuente constante de gastos. Para mantenerlo en buenas condiciones había que hacerles frecuentes revisiones. Así que por eliminación y siendo realista solo me quedaban dos opciones que me gustaban:

Una era comprar un coche clásico del tipo Seat 600. Este coche era pequeño, económico y ocupaba poco espacio. Además el gasto de mantenimiento era asequible. El problema era que había que tener paciencia para encontrarlos puesto que estaban desperdigados por toda la geografía y aparecían con cuenta gotas. No era fácil encontrar uno en buenas condiciones, con un precio asequible y que no estuviese lejos.

La segunda opción era otra moto. Aquí era donde tenía un gran abanico de opciones puesto que podía comprarla nueva o de segunda mano. Lo que no quería era una moto de alta cilindrada puesto que son caras de mantener. Buscaba una moto tipo trail o de enduro pero también me gustaban las motos clásicas.

Empecé a buscar algo que realmente me convenciese pero no era sencillo. La premisa era tener algo que pudiese pagar, utilizarlo y seguir con la misma capacidad de ahorro que tenía. En septiembre localicé un Seat 600 que podía comprar pero me tenía que desplazar a Tarragona. Era el modelo D que tenía las puertas invertidas (ese detalle me gustaba mucho). Por otro lado el color era un rojo llamativo que no me convencía. Para ver el coche debía desplazarme y perder algo de tiempo. Finalmente como no lo veía claro lo deseché.

Al mes siguiente vendían un quad en Zaragoza bastante bien de precio y en buenas condiciones. Guardé el número de teléfono del propietario puesto que estuve pensando en ir a verlo. Pero recapacité y recordé que eran vehículos caros de mantener por lo que ni llamé para preguntar.

Cada vez tenía más claro que quería otro vehículo, pero ahora no me servía cualquiera. Me había vuelto más exigente. No me importaba descartar opciones, lo que comprase lo tenía que hacer convencido de lo que hacía. Ojear los anuncios era una distracción, si aparecía algo bien y si no dinero que no gastaba. No tenía presión, era cuestión de tiempo, solo había que esperar el momento adecuado.