257-MI UNIVERSO.LA ERA ARCADE
ME GUSTAN LOS VIDEOJUEGOS
Javier Sanmartín Soler


Desde que yo era pequeño me fascinaban los videojuegos. Mi infancia coincidió con el boom de las consolas, juegos y máquinas arcade. Los años 90 fueron años mui prolíficos en ese sector que creció enormemente y marcó a toda una generación. Los niños de mi edad pasábamos horas jugando con videojuegos.
Mi primer contacto fue a través de consolas de 8 bits, Nintendo y Sega eran las más conocidas. Un amigo mío tenía una Nintendo NES y pasábamos horas jugando en su casa. Sobre todo jugábamos al Mario Bros que es uno de los juegos más icónicos. Pero también jugábamos a otros juegos como Zelda, Paper Boy, Bubble Bobble... puesto que se podían alquilar en los videoclubs. Otros amigos tenían la consola Sega Mega Drive y también pude probar juegos como Sonic, After Burner, Altered Beats, Dragon Ninja...
Más tarde a los 14 años se compró un ordenador en mi casa de la marca Amstrad CPC 6128 al que se podían jugar a juegos tipo casette. Aunque eran peores que los de las consolas ya que tardaban mucho tiempo en cargar y no siempre funcionaban. Otros amigos también lo tenían y jugábamos a un juego que se llamaba Barbarian.
En la adolescencia empecé a frecuentar ya los salones recreativos. Aquí ya hacía falta dinero para jugar. Como nuestro presupuesto era limitado pasábamos tiempo observando a otros y así también aprendíamos. El concepto era sencillo y se trataba de estar el mayor tiempo posible jugando gastando lo mínimo. Me gustaba jugar a muchos juegos: Robocop, Street Fighter, Snowbros, Cabal, Shinobi, Tumblepop, Pang, Los Simpsons, Las tortujas ninja, Double Dragon, etc... Esos fueron mis comienzos y al hacerme mayor siempre he tenido consolas de videojuegos para entretenerme puesto que las considero una buena distracción.
La semana santa no tenía a Mara y tenía fiesta los días importantes. No fui a ningún sitio así que me dediqué a estar tranquilo en casa. Uno de esos días mientras navegaba por internet descubrí una pequeña tienda en Zaragoza que fabricaba y vendía máquinas arcade para todo el país. Por curiosidad me acerqué el sábado ya que estaba interesado en construir yo una. Años atrás casi había terminado una yo solo en Mallorca pero al regresar a Zaragoza la tuve que dejar.
Después de hablar con el propietario de la tienda me ofreció una de las máquinas que tenía. Era grande y ocupaba un buen espacio pero me ajustó tanto el precio de la máquina que no pude resistirme y la compré. En casa tenía espacio de sobras.
Comprarla estuvo bien y no me arrepiento, pero esa no era la idea con la que yo había ido a la tienda. Quería hacer una yo mismo pero ahora ya no tenía mucho sentido hacer otra igual. Así que se me ocurrió que podía aprovechar una Pandora Box (botonera con dos mandos que se conecta a la tele para jugar) y fabricar un mueble para el cuarto de Mara y que le sirviese para jugar y también ver la tele.
Así que compré un escritorio en el Ikea y después de montarlo lo adapté para que entrase la botonera con los dos mandos. Después fabriqué una estructura de madera donde alojé una televisión con un marco de cristal. Luego pinté el mueble, lo decoré y conecté todo lo necesario para que pudiese funcionar. El resultado final fue bastante satisfactorio y fue un buen regalo para Mara.
A ella le gustaba jugar pero cuando tenía colegio solo podía hacerlo los fines de semana y los festivos. Su juego favorito era el Mario Kart, se le daba bien y en cuanto podía jugaba una partida. Pero también le gustaba jugar a dobles conmigo y así yo le iba enseñando juegos entretenidos.
Además de todo eso también teníamos varias consolas portátiles para jugar sobre todo de cara al invierno, que era cuando más tiempo pasábamos en casa. Los videojuegos eran la excusa perfecta para pasar más tiempo juntos y que se aficionase a algo que también me gustaba a mi.