252-MI UNIVERSO. 50 KM SIN BEBER

NO ES RECOMENDABLE HACERLO

Javier Sanmartín Soler

Hidratarse y comer es fundamental para recorrer largas distancias. Eso lo sabe cualquier corredor. Si un coche no tiene combustible y los niveles no están bien este deja de funcionar. Pues con el organismo sucede algo parecido. Dejando de lado la necesidad de comer, que también es importante, hablaremos de la hidratación.

En verano con el calor hay que beber más agua puesto que el calor influye bastante. Pero en invierno es posible alargar estos periodos puesto que el cuerpo tarda más en deshidratarse. Todo esto es posible si se lleva un ritmo aeróbico que el cuerpo tolera bien. Si se entrena en la zona anaeróbica o se compite la cosa cambia.

Lo siguiente que voy a explicar es lo que se supone que no hay que hacer, ni entrenando: Correr durante horas sin llegar a beber nada de agua. No es que lo hiciese a diario, pero a veces sucedía.

Con el frío cortan el agua de la mayoría de las fuentes de la ciudad para que no se rompan las tuberías al congelarse el agua. Así permanecen durante unos meses hasta que comienza a hacer mejor tiempo y se reestablece de nuevo el suministro de agua. Pues entre eso y que a veces se me olvidaba llevarme agua o que corría más de la cuenta, me veía obligado a no beber.

En invierno si salía a correr menos de dos horas las aguantaba perfectamente y no tenía ninguna necesidad de beber agua. Esto también sucedía si corría en la cinta del gimnasio. Con el tiempo mi cuerpo se había acostumbrado a entrenar a un ritmo moderado por lo que cuando lo hacía apenas perdía líquidos ni tenía ganas de beber. Era a partir de las tres horas cuando ya empezaba a tener la necesidad de hidratarme, pero también podía aguantar. Si podía lo hacía, pero sino continuaba sin más.

Había días que si tenía tiempo y me encontraba bien seguía corriendo. Un día probé a correr 40 Km, otro día 42 Km y al final 45 Km, todo estaba bien. Aunque el último día cuando entré por la puerta de casa ya tenía bastante sed.

Al aire libre era capaz de aguantar corriendo unas 4 horas sin necesidad de beber ni de bajar la intensidad por lo que me pregunté cuanto sería capaz de aguantar en el gimnasio corriendo en la cinta. Se suponía que al correr en un espacio pequeño y climatizado la sudoración sería mayor y aguantaría menos. Pero el gimnasio al que iba era bastante grande, estaba bien climatizado y no sudaba en exceso. Por lo que tenía ciertas dudas de lo que podía aguantar.

El problema era que mucho tiempo seguido en la cinta corriendo me aburría y algo tenía que pensar. Ideé un plan para que se me hiciese más ameno. Tenía que correr 50 Km a 11 Km/h con un 1 % de inclinación y tenía que hacerlo en 4 horas 33 minutos. Para distraerme vería una película y cuando acabase iría al vestuario, me ducharía y me cambiaría de ropa. Al hacerlo me relajaría un rato y luego podría seguir corriendo.

Así que fui al gimnasio a poner en práctica mi loca idea. Conecté los auriculares al teléfono, elegí una película y me puse a correr. La primera parte de la prueba no me preocupaba, estaba acostumbrado y era algo que hacía todos los días, por lo que me concentré en ver la película. Duró algo menos de tres horas y pude hacer 30 Km. Al terminar fui al vestuario para ducharme y despejarme un rato. Me quedé unos diez minutos bajo el agua y después me cambié de ropa. El grueso de los kilómetros ya estaba hecho y ahora solo tenía que hacer otros 20 Km. Apenas tenía sed por el momento.

Salí del vestuario me encontraba bien y tenía ganas de afrontar la segunda parte de la prueba. Volví a la misma cinta que había utilizado antes, conecté los auriculares al teléfono y elegí otra película. Cuando comencé a correr tenía las piernas algo entumecidas. Mi cuerpo estaba relajado y satisfecho puesto que ya había entrenado. Pero ahora tenía que reactivarlo y seguir corriendo por lo que estaba extrañado. Pasaron unos minutos hasta que me adapté a la nueva exigencia.

La necesidad de beber era pequeña y hasta casi el kilómetro 40 no apareció. En el kilómetro 45 ya estaba pendiente de los kilómetros que me faltaban para acabar. Mi cuerpo ya demandaba agua, aun así continué puesto que veía que podía aguantar. Terminó la película que estaba viendo, me quité los auriculares y los últimos kilómetros los corrí sin distracciones.

Afortunadamente cuando ya empezaba a saturarme de todo finalicé. Fui al vestuario, bebí agua, comí dos plátanos y me duché. Al salir del gimnasio estaba contento, me fui a casa a comer y a descansar. Había logrado correr 50 Km en la cinta sin beber nada y las cosas habían sucedido como yo esperaba.