250-MI UNIVERSO. LOS LOGROS

SOY COMO SUPERMAN

Javier Sanmartín Soler

Había varias cosas que había hecho y que formaban parte de mi extraña preparación de las que estaba orgulloso. Eran como una especie de proezas personales que pocos conocían y que guardaba para mí. Eran difíciles de explicar, aunque para mí no. Por lo general las personas que me rodeaban no lo entendían ni comprendían, aun siendo corredores.

Cuando en alguna ocasión había intentado contarlas me miraban extrañadas, pensaban que era un inconsciente, que no sabía entrenar y que me iba a lesionar. No hacía falta que hablaran lo podía ver en sus ojos. Lo que hacía no era lo convencional y parecía un bicho raro. La gente pronto perdía el interés por lo que contaba por lo que optaba por callarme o hablar de cualquier otra cosa. Era decepcionante, pero con el tiempo había aprendido a no darle importancia. Pasaba de contar nada y si me preguntaban era breve.

Aunque la realidad no era así y se equivocaban. Llevaba años entrenando de esa manera y jamás había tenido una lesión. Jamás anteponía mi integridad a entrenar puesto que el deporte tiene que aportar bienestar, si no acompaña la salud no tiene sentido. Yo era un corredor atípico, pero no era una excepción. Había gente como yo y gente mucho más trastornada. Yo solo intentaba buscar el equilibrio. Correr era ocio y lo hacía por placer. No era ni mejor ni peor que cualquiera otro corredor, era diferente. Lo que hacía me llenaba, me funcionaba y no quería cambiar mi manera de entrenar.

La primera vez que había corrido un maratón entrenaba a la semana entre tres y cinco días. Corría 60 - 80 Km semanales, descansaba varios días y la preparación constaba de varios meses. Era capaz de correr un maratón entrenando sin preparación cualquier día que me lo propusiera. Entrenaba a unos 10 - 11 Km /hora y con poco desnivel. Pero también lo podía hacer más rápido, aunque suponía salir de mi zona de confort.

Con el tiempo podía correr lo que entrenaba semanalmente años atrás en unos días y era capaz de hacer barbaridades. Las tres cosas más reseñables que había conseguido hacer eran: correr en una semana 300 Km, correr en un entrenamiento 75 Km seguidos y correr 50 Km sin beber en la cinta del gimnasio. Ahora os las cuento.