249-MI UNIVERSO. LA BANDERA

NO FALTAR A LA PALABRA

Javier Sanmartín Soler

Una bandera es un pedazo de tela rectangular que se ata a un mástil y se emplea como distintivo de un país. Cada una es diferente de otras y cada país elije los colores, los elementos o escudos que mejor le representan. Es por eso que las banderas son uno de los símbolos más importantes del país. La bandera española está formada por tres franjas, dos rojas y una amarilla. La franja amarilla es del doble del tamaño que cada una de las rojas. El color rojo representa la sangre perdida y el amarillo la riqueza. También hay un escudo con elementos tradicionales y representa la historia.

En 1999 tuve mi primer contacto con la bandera puesto que realicé el servicio militar. Apenas era un chaval cuando juré obediencia y fidelidad. En la ceremonia se hizo la siguiente pregunta:

“! Españoles¡, ¿Juráis o prometéis por vuestra consciencia y honor guardar la constitución como norma fundamental del estado, con lealtad al rey y si preciso fuera , entregar vuestra vida en defensa de España?”

Yo dije:

- “!Si, lo juro¡”

Mas tarde en el año 2004 al concluir un periodo de formación también realicé otro juramento. A partir de ahí en mi ropa de trabajo lleva una bandera de España que luzco con orgullo.

Pasaron los años hasta que un día sucedió al inesperado. Corría el año 2017, no recuerdo con exactitud el mes pero hacía frío y viento mientras estaba en Zaragoza. Por aquel entonces aún vivía y trabajaba en Mallorca. Por aquellas fechas no estaba en mi mejor momento y solo tenía un vehículo que era mi moto Kawasaki z750 que tenía en Mallorca. Para desplazarme en Zaragoza usaba una bicicleta e iba a todos los sitios con ella.

Un día de camino a buscar a Mara al colegio encontré entre los coches que estaban aparcados una bandera de España con el escudo. Estaba arrugada y algo sucia pero no me pareció bien dejarla allí. La sacudí para quitarle algo de suciedad, tenía un tamaño grande de 150 cm x 100 cm y no parecía vieja. Su tacto era bastante suave y los colores brillaban. La zona donde la encontré estaba rodeada de edificios altos y algunos vecinos colocaban banderas en sus balcones. No había muchas, pero alguna que otra se veía.

Por el día que hacía supuse que la bandera que tenía en mis manos se había soltado de uno de los balcones y fue a parar a la calle. No debía llevar mucho tiempo ya que no acumulaba excesiva suciedad. Pensé que esa bonita bandera no podía acabar convirtiéndose en basura. Moralmente no podía dejarla abandonada en el suelo. Si la dejaba tirada en aquel lugar era fallar a lo que años atrás había jurado proteger. No se merecía terminar así, por lo que quise darle otra oportunidad.

Al llegar a casa la lavé, una vez limpia la guardé en el armario y no me olvidé de ella. Quería encontrarle un buen sitio. Pasaron unos años y pude regresar definitivamente a Zaragoza. Compré un piso que tenía una buena terraza y cuando ya podía colocarla no quise hacerlo. Si lo hacía poco a poco la bandera se acabaría estropeando por las inclemencias del tiempo, sobre todo por el sol. Perdería el color y la tela se rompería. Me había encariñado de ella y quería encontrarle un lugar mejor.

Me llevó un tiempo encontrarle un sitio y el lugar elegido fue el cuarto trastero. La mayoría de las personas emplean este lugar para almacenar trastos, bicicletas y cosas viejas que ya no usan. Pero mi trastero no es así. Tenía estanterías y varias tuberías del bloque que lo atravesaban por la parte de arriba. Pero por lo demás era un cuarto limpio y ordenado. Parecía más un local. Dentro tenía mis herramientas y era donde podía hacer trabajos de bricolaje. Otra ventaja era que estaba al lado de la casa.

La bandera acabó colocada en un lateral y cada vez que entraba la podía observar. Me gustaba hacerlo puesto que para mi tenía su encanto. Al final había conseguido encontrarle un hogar a la bandera y no había faltado a mi palabra. Para mi era un como un recordatorio, los dos habíamos estado en el filo de la navaja y durante un tiempo habíamos pasado dificultades. Pero eso ya era parte del pasado, ahora estábamos bien y cada uno había encontrado su sitio.