24-SUPERFICIES
DIFERENTES TIPOS DE TERRENO
Javier Sanmartín Soler


Nuestro cuerpo tiene la capacidad para adaptarse a los diferentes tipos de superficies que pisamos. Antes de tocar el suelo del terreno que vamos a pisar, nuestro cerebro analiza la dureza de éste y ajusta la rigidez de los músculos de las piernas para soportar los impactos. Estos ajustes se realizan continuamente sin apenas darnos cuenta.
Al correr en superficies duras los músculos se contraen con menor fuerza (ej: cemento) que al hacerlo en superficies blandas e irregulares (ej: arena). Por esto hay que acostumbrarse a los tipos de superficies en los que vayamos a correr habitualmente, ya que no es lo mismo entrenar por un terreno pedregoso que por un prado de hierva.
Hay superficies en las que existe un menor impacto para las articulaciones y pueden ser menos lesivos que otro tipo de superficies. No es que el terreno en sí sea lesivo pero determinadas superficies además de otros factores como pueden ser una mala técnica, el sobrepeso, etc... pueden favorecer la aparición de alguna lesión. Hay que tener en cuenta que no por correr en una superficie dura aumenta el riesgo de lesión. Las superficies en las que habitualmente solemos correr las podemos clasificar en:
Superficies duras. Como pueden ser el pavimento, el asfalto, la tierra compacta, los terrenos rocosos y la cinta de correr.
Superficies blandas. Tales como la arena, la hierba, la nieve, los caminos y las pistas de tierra suelta y el tartán.
Cada superficie tiene sus cosas buenas y sus cosas malas que vamos a ver a continuación:
- Pavimento: Este tipo de terreno es el que solemos encontrar en las ciudades y se coloca en el suelo. Suelen ser superficies que cuentan con la iluminación propia de las ciudades, lo cual es una ventaja a la hora de correr por lo que podremos hacerlo a cualquier hora. Está considerado como el terreno más dañino para el corredor ya que no existe amortiguación salvo la de nuestras propias zapatillas. Si se tienen problemas a nivel articular, oseo o muscular es mejor evitar estas superficies aunque usemos zapatillas con buena amortiguación.
- Asfalto: El asfalto es un terreno duro y poroso en el que existe algo de amortiguación, por lo que nuestras zapatillas deben compensar esta carencia para no lesionarnos. Son terrenos generalmente lisos y regulares por lo que normalmente evitaremos los esguinces y las torceduras. El asfalto y el cemento están considerados como terrenos rápidos ya que al tratarse de superficies planas y sin obstáculos, podemos mantener un ritmo de carrera elevado. Pero estas superficies no son las más adecuadas para correr si tenemos cierto sobrepeso.
- Tierra compacta: Es una superficie algo más blanda que el cemento y el asfalto pero que sigue siendo dura. Suele ser el terreno que se da en caminos naturales y son apropiados para correr. En este terreno la propia superficie absorbe gran parte de la pisada. El problema de esta superficie radica en que pueden ser terrenos inestables en los que pueden existir agujeros e irregularidades con el consiguiente peligro.
- Cinta de correr: Es habitual verlas en los gimnasios. Son superficies duras ideales para la gente que empieza a correr y tiene sobrepeso o para volver a correr después de una lesión. Las ventajas de entrenar en ellas son:
Evitaremos las inclemencias del tiempo.
Podemos entrenar en ella cuando queramos, sin estar sujetos a ningún horario.
Se pueden programar entrenamientos personalizados (velocidades, inclinación, series, etc...)
Es una superficie poco lesiva.
Las desventajas que suponen entrenar en este tipo de superficies son:
Las sensaciones son muy diferentes comparadas con correr en el exterior.
Los entrenamientos pueden ser monótonos.
Se suda bastante con la consiguiente deshidratación. Esto sucede ya que generalmente se corre en espacios cerrados o salas. Por lo que habrá que tener a mano el agua.
No debemos abusar de correr en cinta ya que se produce una descompensación entre la musculatura anterior y la posterior de la pierna que provoca una inestabilidad en la rodilla que puede acabar en una lesión.
- Terrenos rocosos: Son terrenos bastante técnicos en los que se requiere tener una cierta experiencia ya que suelen ser inestables y hay que tener fuertes las articulaciones ya que es fácil que se produzca un mal apoyo con la consiguiente torcedura. Dependiendo de lo accidentado que sea el terreno por el que corremos la zancada disminuye aumentando la frecuencia y hay que estar pendientes de donde pisamos y buscar los mejores apoyos.
- Arena: Estos terrenos son blandos y absorben bien los impactos. Hay que tratar de correr en arena compacta mejor que en arena suelta ya que se corre mejor. Correr por la arena seca no es del todo buena idea ya que esta se hunde, es mucho más difícil correr y existen más probabilidades de lesionarse. Se puede también probar a correr descalzo en la playa sobre todo en invierno cuando hay poca gente.
- Hierba: En esta superficie se producen menos rebotes. Es un terreno idóneo para todo tipo de personas, pero en especial es idóneo para los entrenamientos de gente con sobrepeso y con problemas de rodillas o tobillos. Hay que buscar zonas de hierba en las que no existan agujeros ni irregularidades y no hay que abusar de esta superficie ya que se suele cargar la musculatura. Por lo que es un terreno apropiado para realizar entrenamientos cortos e intensos.
- Nieve: Correr por la nieve supone un desafío ya que nos agotaremos más rápidamente. Aunque la nieve sea una superficie blanda correr en ella es más complicado de lo que parece ya que debemos aplicar más fuerza para realizar la zancada. Lo ideal es correr por nieve blanda. Si existen placas de hielo hay que tener cuidado con los resbalones y las caídas. Al correr por la nieve deberíamos usar zapatillas con membrana impermeable que transpiren y que tengan una suela con un buen agarre.
- Tierra suelta: En este terreno el suelo suele ofrecer una buena absorción y las piernas no se cargan en exceso en comparación con otros terrenos . Es una superficie ideal para correr. Los lugares en donde podemos encontrarnos este tipo de terrenos son parques, senderos, bosques, etc... En estos terrenos el problema no es la pisada sino el firme inestable y las irregularidades que en algún tramo nos podemos encontrar.
- Tartán: Es un material blando que se suele encontrar en las pistas de atletismo. El objetivo de este material es absorber los impactos y devolver parte del esfuerzo que realiza el corredor sobre el suelo impulsándolo. Al igual que con el asfalto estas superficies son perfectas para correr a nuestra velocidad habitual sin apenas esfuerzo. Esta superficie está ideada para las competiciones y para correr con zapatillas de clavos. No son superficies recomendables para entrenamientos largos. Hay que tener en cuenta que si abusamos de entrenar en este terreno puede ser perjudicial para nuestros tendones.