20-CARRERA DEL EBRO

UNA CARRERA TRAIL

Javier Sanmartín Soler

La carrera del Ebro se trata de una prueba del tipo trail de 30 Km que se desarrolla en el mes de Marzo en Zaragoza. No es que sea una prueba ultra pero es una manera de poder entrenar una prueba del tipo ultra trail en versión reducida sin tener que alejarse en exceso de la ciudad. Mi intención era participar a modo de entrenamiento ya que para los siguientes meses quería participar en otras carreras y era una buena toma de contacto. Pero no se como me dejé arrastrar y finalmente la tuve que correr por equipos cosa que no me arrepiento, aunque no era lo que yo estaba acostumbrado a hacer.

Lo cierto es que en mi trabajo quisieron participar en el año 2015. Se podía correr por equipos y se hicieron dos. Cada equipo se componía de cinco miembros, de los que puntuaban los cuatro mejores tiempos de cada equipo. A mí me pusieron en el equipo “1”, que se supone que era el que más opciones tenía para ganar. Yo no estaba muy conforme puesto que ya había manifestado que no tenía intención de competir sino que solo quería tomármelo como un entrenamiento más. Entonces alguien decidió que como yo corría carreras mucho más largas que lo mejor sería que corriera en el equipo “1”. Seguidamente después de hacer los equipos me lo consultaron. Entonces, ¿Qué iba a decir?.

Lo cierto es que volví a recalcar que no me importaba correr en cualquiera de los dos equipos pero que no quería ningún tipo de presión. Me contestaron que la intención de los compañeros que participaban en la carrera era la de pasar una mañana agradable haciendo deporte y que cada uno haría lo que pudiese sin importar el resultado. Finalmente la respuesta me convenció y di por zanjado el asunto.

Seguí con mis entrenamientos y mis rutinas que no se vieron afectadas para nada por la cercanía de la prueba. La semana anterior a la carrera entrené todos los días menos el anterior para descansar un poco. No me lo quería tomar tampoco como algo trivial, sabía que la carrera sería rápida para el ritmo que suelo llevar en otras pruebas, pero tampoco quería ir demasiado lento. Total eran 30 Km y acostumbrado a correr más, lo único que tenía que hacer era aumentar el ritmo para que fuera más rápido de lo habitual.

No es que mi fuerte sea correr a ritmos elevados y no es por poner excusas pero lo cierto es que mi cuerpo está acostumbrado a rodajes más tranquilos y prolongados. Mis músculos llevan años trabajando a la misma frecuencia e intensidad y están perfectamente adaptados a los entrenamientos de resistencia. Cualquier cambio de intensidad que se traduzca al aumentar el ritmo de carrera mi cuerpo lo suele soportar pero no es lo habitual. Por eso estoy más cómodo en las carreras largas de entre 5 y 6 minutos el kilómetro que no en carreras en las que el ritmo es inferior a 4 minutos el kilómetro en las que sufro mucho más.

Esta iba a ser una prueba en la que los primeros clasificados vencerían con un tiempo inferior de 4 minutos el kilómetro, lo que supondría que sería una carrera demasiado rápida para mi gusto.

Pero tampoco pasaba nada, cada uno debe saber cuales son sus limitaciones y obrar en consecuencia. Solo tenía que correr un poco más rápido de lo habitual, acabar con buenas sensaciones la carrera, cumplir con lo previsto y no perder de vista mis objetivos a largo plazo.

Unos días antes de la carrera tenía la presión añadida de saber que era el más lento del grupo ya que el resto corría carreras del tipo media maratón por debajo de los 4 minutos el kilómetro. Era como ir al gimnasio a ver quien levantaba más peso, pero en este caso era a ver quien corría más rápido. Por eso no me gustan estas cosas, no se trata de ser el más veloz ni de quien es el más fuerte, se trata de tener el hábito de entrenar, de ir cada uno a su ritmo y de progresar. En fin, sabía que al final tendría que esforzarme un poco más de lo habitual porque aunque yo fuera a entrenar la gente acudiría a la carrera a competir y finalmente tendría que implicarme algo más de lo que en un principio quería.

Llegó el día de la carrera y aunque la mayoría vivía en la ciudad cerca de donde se iba a celebrar la prueba salimos todos en grupo en una furgoneta facilitada por nuestra empresa. Parecíamos un grupo profesional ya que llevábamos unas camisetas rotuladas con publicidad. No todos nos conocíamos ya que venía gente de fuera que no tenía el gusto de conocer. También vinieron compañeros que corrían por libre y no estaban en ninguno de los dos equipos pero que llevaban las mismas camisetas que nosotros.

El viaje hasta la salida de la carrera resultó entretenido. Había una tensión palpable en el ambiente por los nervios de cada uno, pero que pronto se difuminaba al hablar y bromear. Todos queríamos hacerlo bien.

Cuando llegamos había mucha gente, estaba previsto que corrieran unas mil personas. La carrera del Ebro llevaba ya unas cuantas ediciones (concretamente 9) y durante ese tiempo había adquirido ya una buena fama en la ciudad. Estaba bien organizada por militares y la mayor parte del recorrido se realizaba por el campo de maniobras de “San Gregorio” que para el que no lo sepa es el campo de maniobras mas grande de Europa. Es impresionante.

El día amaneció nublado y con riesgo de lluvia. Unos días antes el río Ebro se había desbordado y se inundaron numerosas tierras y terrenos. Fue un desastre natural que como en muchos años no se recordaba en Zaragoza con multitud de damnificados e incalculables destrozos pero sin víctimas. Como consecuencia directa sobre la carrera algunos de los militares que iban a participar no lo pudieron hacer ya que los movilizaron para frenar los efectos de la crecida del río.

Con respecto al recorrido de la carrera no peligraba ya que el trazado discurría por una zona más elevada y era imposible que se pudiera inundar. La prueba estaba a punto de empezar y la gente fue tomando posiciones en torno a la salida. Yo me puse cerca de un compañero que mas o menos llevaría el mismo ritmo que yo. El estaba en el segundo equipo pero podía correr perfectamente en el equipo primero.

Comenzó la carrera y parecíamos una manada de búfalos corriendo. Cada uno intentaba coger una buena posición para poder correr pero era imposible de tanta gente que corría. Hubo numerosos tropiezos y alguna caída pero sin importancia. Lo único que podías hacer en los primeros kilómetros era dejarte llevar y cuando la carrera se estirase ya veríamos que hacer.

Comenzamos corriendo sobre el asfalto, pero pronto estábamos corriendo sobre anchos caminos en los que se podía incrementar el ritmo y adelantar a otros corredores ya que la carrera se estiró. Llevábamos un ritmo bueno para empezar, no lo suficientemente elevado para estar peleando por las posiciones de arriba pero que era perfecto para ir discretamente en un segundo plano observando como transcurría la carrera.

Estábamos corriendo a la par tres compañeros dos del equipo segundo y yo. Delante nuestro estaba todo el grueso del primer equipo que estaba cumpliendo las previsiones. Nosotros estábamos sutilmente colocados por si pinchaba alguno. La primera hora de carrera transcurrió sin novedad seguíamos igual y cada uno estaba centrado en su cometido. Estaba nublado, había algo de humedad y no hacía demasiado frío, por lo que el día estaba perfecto para correr.

Comenzamos una serie de subidas y bajadas prolongadas y un compañero que corría con nosotros se descolgó por lo que continuamos sin el. Aquello nos fastidió pero tuvimos que hacerlo ya que nuestro cometido era el de custodiar que no se descolgase nadie del equipo principal.

De momento íbamos bien, charlábamos y comentábamos que el ritmo de la carrera era perfecto. Mi compañero había hecho los equipos y parecía satisfecho por como se iban desarrollando los acontecimientos. Estábamos corriendo por un campo de maniobras y pensé que era un entorno ideal para entrenar. No había nada más que caminos, subidas, bajadas, tierra... no había tráfico, ni polución... era perfecto.

Sobre la mitad de la prueba el recorrido se complicó algo más ya que las subidas y las bajadas incrementaron el desnivel. Ya había algún corredor que le costaba subirlas por lo que tenía que hacerlo caminando. Aprovechamos para ir adelantándolos ya que nuestro ritmo era constante. No llevábamos nada encima ya que la prueba iba a ser corta y no pensé que fuera a suponer un problema correr sin la ayuda de ninguna barrita o de algún gel energético. Lo único que llevaba yo encima era una botella pequeña de agua que cogí por si acaso teníamos sed. En los avituallamientos no parábamos a beber, solo cogíamos alguna botella sin dejar de correr.

Cuando ya no faltaban muchos kilómetros para llegar a la meta, el recorrido por el que corríamos se llenó de gente. Paralelamente se disputaba dentro de la misma carrera otra prueba corta y tuvimos que compartir el recorrido con otros corredores hasta el final de la prueba. Concretamente la carrera de 11 Km la corrieron más de 1.400 personas y nosotros estábamos en medio de ellos. No podías dar una zancada más amplia de lo normal o te tragaba al de delante. Mirases donde mirases solo veías corredores que te obligaban a llevar un ritmo establecido, te gustase o no. Por un momento pensé en que no solía correr este tipo de carreras precisamente por eso, porque estaban masificadas. No era culpa de nadie y la carrera estaba muy bien organizada, simplemente no me gustaba sentirme como si corriese en un rebaño de ovejas.

Desde lo alto de un montículo se podía ver mientras corríamos los efectos que la crecida del río habían causado en varios kilómetros a la redonda lo que resultó sobrecogedor. La mayoría de la gente que corríamos la prueba éramos de Zaragoza y quedamos impresionados al ver las consecuencias del desbordamiento del río Ebro. Parecía todo un gigantesco campo de arroz desbordado por el agua. No creo que nadie de los que estábamos allí hubiera visto algo parecido antes.

Cuando quedaban escasamente dos kilómetros para llegar a meta mi compañero físicamente estaba más entero que yo y me dijo que quería bajar de 2 horas y 20 minutos. Que iba a apretar el ritmo un poco y le dije que adelante. Yo ya estaba con la reserva encendida y no podía correr más rápido. Tenía los pies destrozados de pisar piedras con unas zapatillas que apenas tenían amortiguación Había corrido con unas zapatillas que no eran las habituales con las que solía correr, pero bueno esa es otra historia. Lo cierto es que entre las zapatillas y el entrenamiento previo semanal estaba ya cansado. Además tampoco tenía ninguna motivación especial en bajar el tiempo.

Nuestra única misión era apretar el ritmo por si algún corredor del equipo primero fallaba, cosa que no sucedió por lo que me pude tomar ese respiro y afrontar los últimos kilómetros con tranquilidad. En ese aspecto estábamos bastante satisfechos por como se habían desarrollado los acontecimientos. Mi compañero apretó el ritmo y se perdió entre la gente avanzando. Yo aproveché y bajé un poco el ritmo pero sin dormirme.

Los últimos metros había que dar una vuelta a una pista de atletismo en un suelo de tartán, lo que mis pies agradecieron. Apreté el ritmo para intentar adelantar a un último puñado de corredores antes de atravesar la línea de meta. Cuando terminé fui a buscar a mis compañeros y ver que tal les había ido.

Alguien me dijo que los compañeros del equipo primero lo habían bordado y que al parecer habíamos quedado en primer lugar en la clasificación general por equipos por delante de unos 30 equipos. Yo también formaba parte de ese equipo aunque no lograse puntuar e hiciera el peor tiempo de los cinco componentes. Solamente del equipo segundo me ganó mi compañero con el que había corrido casi toda la carrera. Entró en meta un minuto antes que yo y logró hacer el tiempo que quería.

Los tiempos y clasificaciones de los compañeros que integraban el equipo primero y que consiguieron puntuar en la clasificación general por equipos fueron los siguientes:

Puesto 3º ------- Tiempo 1 h 53 min 51 seg ------- Ritmo 3 min 47 seg / Km

Puesto 6º ------- Tiempo 1 h 55 min 50 seg ------- Ritmo 3 min 51 seg / Km

Puesto 60º ------ Tiempo 2 h 11 min 17 seg ------ Ritmo 4 min 22 seg / Km

Puesto 88º ----- Tiempo 2 h 14 min 55 seg ------- Ritmo 4 min 29 seg / Km

Mi puesto fue algo más discreto, el 150 con un tiempo de 2 horas 21 minutos y 10 segundos. Con un ritmo promedio de 4 minutos 42 segundos.

Lo más importante de la carrera fue que se consiguieron los objetivos que individualmente cada uno perseguía y que el conjunto alcanzó un resultado inesperado pero merecido. Yo también estaba satisfecho ya que perfectamente conocía mi papel, no brillé como el resto de mis compañeros pero tampoco era mi intención desde un principio. El resto del equipo segundo cumplió con lo que se esperaba y su actuación fue buena pero mas discreta.

Todos los compañeros de trabajo que corrimos ese día lo pasamos bien y nos divertimos juntos como se había pactado. En la categoría femenina también tuvimos representación y los resultados fueron buenos. Posteriormente después de aquello se formó un gran grupo de corredores que participan en numerosas carreras de todo tipo.