158-EL ORIGEN. PERDER

PARA GANAR SIEMPRE HAY QUE PERDER PRIMERO

Javier Sanmartín Soler

Hoy en día hay todos necesitamos de una fuente de ingresos continua que nos permita cubrir nuestras necesidades y las de nuestra familia. De ahí que el trabajo sea algo necesario en la sociedad en la que vivimos. Sin embargo en numerosos puestos de trabajo las personas están estancadas sin sentirse del todo valoradas, sin poder realizar las tareas que están capacitadas, sin que se les remunere como merecen, sin asumir responsabilidades acordes con su preparación, etc... y esto genera en el trabajador sentimientos de apatía, indiferencia y frustración.

Si un trabajador no se siente parte de la empresa y no se le cuida, con el tiempo su rendimiento se verá afectado. Lo que finalmente este desequilibrio se traducirá en un intercambio de servicios por dinero y no existirá ningún sentimiento de pertenencia hacia la empresa. Sentirse no realizado laboralmente hace que la persona en su vida privada tampoco se sienta completamente a gusto consigo misma.

Se puede tener un trabajo sencillo, sin responsabilidades, sentirse valorado y ser feliz. Sin embargo siempre habrá personas que prefieren no conformarse con algo así y busquen cambiar esa situación aunque a la larga les genere infelicidad. Tu decides como quieres vivir. Que la sociedad o las circunstancias de la vida te hayan impedido destacar no significa que necesariamente seas un fracasado y que te tengas que ver como un perdedor.

Además ¿Qué es triunfar? Triunfar es muy relativo, depende de muchas cosas no solo de la ambición de cada persona. No por tener un buen trabajo, una buena casa y un coche caro va a significar que la vida te sonríe y eres la envidia de tus conocidos. La mayoría de las personas piensan de esta manera pero no significa que sea lo correcto. Tenemos la mala costumbre de depositar nuestras esperanzas en objetos pensando que nos aportaran felicidad. Normalmente esas cosas son efímeras y tienen fecha de caducidad. Para triunfar la sociedad nos empuja a destacar por encima de los demás a cualquier precio, a consumir cosas que realmente no nos hacen falta y a velar solo por nuestros intereses.

Hay que saber valorar lo que tenemos y a veces hay que conformarse con lo que somos o lo que hemos conseguido. Es más productivo el sentimiento que produce haber conseguido algo de la manera correcta, que no conseguir muchas cosas de una manera que no genere esa satisfacción interna.

Por otro lado, parece que si a determinadas edades no hemos conseguido ciertos objetivos no hemos triunfado en la vida. Nos empeñamos en vivir demasiado deprisa y queremos conseguir todo casi de manera inmediata. Hay que vivir sin excesiva prisa y disfrutar de todos los momentos (buenos y malos). Los momentos buenos son fáciles de recordar pero de los momentos malos también podemos sacar provecho, aprender de ellos y evolucionar. Una cosa positiva de hacerse mayor es que con el tiempo te vuelves más paciente, prudente y acumulas madurez y experiencia.

Como se suele decir: “menos es mas”. Es mejor ser un ratón con orgullo que no un león cobarde. Conformarse no significa necesariamente resignarse o agachar las orejas. La gente se obsesiona con conseguir más cosas de las que tiene o quieren abarcar mucho más de lo que pueden y se olvidan de las cosas que realmente importan. Deberíamos escuchar más a la voz de nuestra conciencia y obrar siguiendo el código que dicte nuestra moral.

Conformarse no es rendirse o abandonar sino aceptar lo que uno es, comprender cual es su papel en la vida y tener claras cuales son sus prioridades. Si no te gusta algún aspecto de tu vida es necesario que trabajes para cambiarlo, lo que no puedes hacer es pelearte contra un muro puesto que siempre vas a perder. Hay cosas que podemos cambiar, pero también hay que comprender que algunas cosas nunca cambiarán.

Si el aceptar tus debilidades y entender cuales son tus limitaciones te convierte en un perdedor para los demás, deja que estos piensen así. No tienes que perder ni un segundo en tratar de convencerles de lo contrario. Lo importante es lo que tu pienses, no renuncies a tu esencia ni a tu naturaleza sin más solo para agradar a los demás. De todas formas por muy bien que hagas las cosas, siempre habrá gente que te cuestione. Eso forma parte de la naturaleza humana y ya no depende de ti.

Por eso también es importante que cada persona tenga sus inquietudes, aficiones, distracciones que le permitan desconectar del trabajo y de sus obligaciones diarias. Todo esto contribuye a renovar sus energías y a sentirse realizado.

Podía estar sepultado bajo toneladas de escombros y de desechos, sin que nadie diera un duro por mi, de hecho alguna vez me sentía así. Pero cuanta más porquería tenía encima más claro tenía lo que quería hacer y más ganas de luchar reunía. De momento no me importaba que algunas personas pensasen que era un perdedor.