152-EL ORIGEN. LA ESPADA
COMO SE CREAN DESDE CERO
Javier Sanmartín Soler


Una espada es un arma blanca (no es un arma de fuego) de dos filos, formada por una hoja diseñada para cortar y rasgar con una empuñadura de cierta envergadura (aproximadamente a partir de medio metro)”. Los hombres han fabricado y usado armas con filo desde la Edad de Bronce. Las primeras espadas se remontan al IV milenio a. C. y se desarrollaron a partir de las dagas. El material empleado era el bronce, con el tiempo se hicieron de hierro y más tarde con aleaciones de cobre y de estaño (pero todas eran quebradizas). Las espadas largas no aparecieron hasta el desarrollo del acero y se usaron para el combate. Durante todo este lento proceso de perfeccionamiento pasaron miles de años.
Desde entonces el dominio de la metalurgia se consideró un elemento de prestigio con el que se fabricaron armas, joyas y objetos ceremoniales ya que requerían de un especialista a tiempo completo. La mitología, la literatura y la historia reflejan el alto prestigio y la importancia que han tenido las espadas a lo largo del tiempo. Durante siglos fueron consideradas un arma personal, versátil y prestigiosa, pero en la actualidad están en desuso debido al armamento contemporáneo.
Según la anterior definición en un sentido estricto no serían espadas los sables y las katanas. Sin embargo de manera general para extender la definición y la historia de sus variantes hablaremos de la katana, que es una espada japonesa a dos manos con una hoja orientada al corte y es una de las más conocidas en todo el mundo. La fabricación de las mejores katanas consiste en un proceso lento, meticuloso, que puede durar más de un año. Una espada samurai se forja de la siguiente manera:
Hay que conseguir acero de 1,27 cm de espesor, 5,1 cm de ancho y 91,4 cm de largo.
Calentar el acero a una temperatura cercana a los 870º C. De esa forma el acero se vuelve maleable (blando, dócil, dúctil...) Cuando el material adopta una tonalidad entre amarillo y naranja hay que retirarlo del horno y colocarlo sobre un yunque. Después hay que forjar el acero golpeándolo con un martillo. Durante este proceso hay que calentar de nuevo el acero para mantenerlo maleable.
Luego hay que trabajar la hoja de la espada, la forma básica, la punta, la curvatura, los biseles y la empuñadura. Hay que tratar la hoja con una mezcla especial de arcilla que hará que el lomo de la espada sea flexible y el borde afilado. Después de todo esto hay que calentar otra vez la hoja en la forja.
Templar el acero. El propósito del templado es hacer que la superficie cortante sea la más dura y que la parte trasera de la espada sea más suave para absorber los golpes. En este proceso se emplea agua o aceite y se hace para enfriar y endurecer el material. Cuanto más rápido se enfríe la hoja más dura será. Proceso de revenido, después de templar la hoja recalentándola a 204,4º C hay que dejar que se enfríe a temperatura ambiente. Con esto conseguiremos equilibrar la flexibilidad y la dureza de la hoja. Retirar la mezcla de arcilla de la hoja y afilar hasta conseguir el filo deseado.
Luego hay que pulir la hoja, hay que afilarla hasta que se vea bien. Perforar dos agujeros en la base o espiga de la hoja que sirvan para asegurarla al mango. Fabrica una empuñadura. La empuñadura o mango de la espada debe de ser lo suficientemente larga para sujetarla con las dos manos y proporcionar un equilibrio óptimo con la hoja. Para este proceso se emplea madera dura (álamo, tulipero o aliso). La madera se corta en tablas que proporcionan una máxima fuerza y se colocan dos clavijas y arandelas de latón o cobre que sostienen la hoja en su lugar. Para finalizar la empuñadura se usa adhesivo industrial y tiras de cuero para asegurar más la unión entre la hoja y la empuñadura.
Aunque el uso de la katana según su propósito original ha quedado casi obsoleto, dio origen e influyó en rituales, técnicas, tácticas o artes marciales modernas que siguen practicándose hoy en día. Por lo que su legado ha trascendido más allá de lo que es el arma. Lo que me fascinaba de las katanas no era la capacidad destructiva que tenían o que fuesen peligrosas, eso no. Solo los mejores artesanos del mundo eran capaces de crearlas con mimo, cuidado y la dedicación que requerían. Cientos de horas para crear un objeto único con un alma propia. Hacer una katana era todo un trabajo de destreza, de paciencia y por eso cada una de ellas era especial.