132-EL ORIGEN. CAMBIO DE PLANES
NO DEJES COSAS A MEDIAS
Javier Sanmartín Soler


Quedaba aún tiempo para conseguir el tono físico que estaba buscando. Entre tanto podía correr alguna prueba para medir el nivel de forma en el que me podía encontrar. Es bueno de vez en cuando marcarse una meta a corto plazo.
La primera de las pruebas que podía hacer era una prueba de 48 Km que se disputaba en Palma y que era multitudinaria. Su nombre era “De Güell a Lluc” y no tardé mucho en recabar la información que necesitaba.
La prueba era una andada nocturna que se realizaba el segundo Sábado del mes de Agosto y que llevaba más de 40 años celebrándose, llegando a tener repercusión internacional. En cuanto al número de asistentes solía rondar los más de diez mil participantes. Se hacía en horario nocturno, ya que en esas fechas durante el día hacía bastante calor en la isla y su realización resultaría mucho más compleja. Concretamente el evento comenzaba a las 23 horas en la plaza Güell de Palma de Mallorca y el recorrido era en su totalidad por carretera asfaltada. En su trazado se subía hasta el monasterio de Lluc que está situado en medio de la Sierra de Tramontana.
El itinerario era plano pero el último tramo era en subida. El horario previsto para terminarla era de 8 a 13 horas andando y desde ya hacía unos años existía la posibilidad de realizar el recorrido corriendo y durante la realización de la prueba la carretera permanecía cerrada al tráfico.
En el recorrido se disponía de varios avituallamientos y asistencias médicas para recuperar energías. En los avituallamientos se facilitaba agua, café, zumos, refrescos, fruta, etc... También existía un dispositivo especial de seguridad en el que entre otros participan protección civil, guardia civil, policías locales de cada ayuntamiento por donde pasa la prueba, personal sanitario, emergencias y ambulancias para que todo funcionase con normalidad.
No todo el mundo que empezaba la prueba era capaz de finalizarla lo normal es que la terminase uno de cada cuatro participantes ya que se requería tener una buena forma física. Al acabar la prueba se entregaba un diploma personalizado y existía la posibilidad de volver en autobús y después coger un tren a Palma.
La verdad es que participar en esta prueba iba a ser una buena toma de contacto para a ver como me encontraba en los meses de verano. Aunque se trataba de una marcha nocturna y no era una carrera. No estaba pensada para corredores y sería habitual que hubiera atascos o retrasos dado el volumen de participantes. Aún así resultaría divertida y era una manera diferente de entrenar por la noche. Me apetecía hacerla.
Esa era mi idea y hasta el último momento estuve convencido de participar, incluso tenía la inscripción y en el trabajo ya había pedido el día. Pero unos días antes de la fecha había varias cosas que me rondaban la cabeza. No quería abusar de mis padres, también quería pasar el máximo tiempo posible con mi hija y por último si participaba iba a perder todo un día.
Así que yo mismo desistí pero para estas cosas siempre tenía un plan “B” para por si acaso. No quería desaprovechar de ninguna manera la forma de ver en que condiciones me encontraba. Además en el trabajo ya había dicho que iba a correr y no quería quedar como un rajado.
El mismo día de la prueba (13 de Agosto) me levanté a las 08:30 y sin desayunar me fui a correr. Solo llevaba un botellín de agua y un gel así que ese iba a ser mi almuerzo. A las 11 llegué a casa después de correr 25,6 Km en 2h y 30 minutos. Me duché, preparé la comida y luego fui con mi hija a comprar para que saliese de casa un rato. Cuando volvimos aún nos dio tiempo para bajar a la piscina antes de comer. Después de comer nos echamos una buena siesta y a las 18:30 volví a correr otros 25,6 Km. Esta vez me costó hacerlos 2 h y 25 minutos y finalmente llegué a casa a las 20:55 h.
En total había corrido 51,2 Km en 4 h y 55 minutos y físicamente me encontraba muy bien. Era la vez que más kilómetros había hecho entrenando un solo día. Encima acabé con la sensación de que tenía más gasolina en el depósito. Mis planes iniciales se habían torcido y como he dicho me hubiera encantado participar en la subida a Lluc ya que estoy convencido de que me lo hubiera pasado en grande.
De todas formas estaba satisfecho con la alternativa que había escogido, no había faltado a mi palabra y en mi trabajo no quedé como un rajado.