110-EL ORIGEN. EL FENIX
LO QUE SIMBOLIZA EMPEZAR
Javier Sanmartín Soler


Aunque pienso que soy una persona fuerte en esos momentos me sobrepasaban los acontecimientos. Sin darme cuenta se abrió el melón y comenzó el baile. La guerra había empezado estuviese o no preparado. Apenas había pasado el tiempo suficiente para poder asimilar los acontecimientos, recuperarme y ya tenía que reunir todas mis fuerzas para poder defenderme. Estaba hundido, pero no iba a dejar que se aprovechasen más de mi.
Así que tocaba ya plantar cara. En esos momentos vino a mi cabeza la idea del Fénix que surgía de sus cenizas, su historia me fascinaba. El Fénix es un ave mitológica de leyendas populares en el Medio Oriente, África e India y su nombre proviene del griego y significa “rojo”. Sus orígenes se remontan a Libia y Etiopía. Su aspecto es el de un enorme pájaro con un gran pico y potentes garras. Del tamaño de un águila, parecido a una garza, con plumaje dorado y de color carmesí. Era un animal que podía cargar incluso con elefantes. Estaba considerado como un semidiós y según su mito poseía varios dones (lagrimas curativas, el poder de transformarse en un pájaro de fuego, gran fuerza, resistencia, etc...). Vivía en una zona comprendida entre Oriente Medio y la India, habitando en los desiertos.
Los griegos lo bautizaron como Phoenicoperus que significa “alas rojas” y lo consideraban como un animal sagrado que tenía las plumas perfumadas. Sólo existían en Egipto y regresaba volando hacia el altar de la ciudad de Heliópolis, cada quinientos años donde se incendiaba con fuego y renacía después. El nuevo Fénix acumulaba todo el saber obtenido desde sus orígenes y comenzaba un nuevo ciclo de inspiración. Simbolizaba las crecidas del río Nilo y el sol que muere y renace todos los días.
En la tradición cristiana el Fénix vivía en un rosal en el Jardín del Edén. Cuando Adán y Eva fueron expulsados, al ángel que los desterró se le cayó una chispa de su espada, que incendió el nido del ave haciéndolo arder (al nido y al pájaro) hasta consumirse. Como fue el único animal del Edén en resistir la tentación de probar la fruta prohibida se le concedieron varios dones (el poder del fuego y el de la luz). El ave hacía un nido en el que ponía un solo huevo y lo empollaba durante tres días. Al tercer día, el Fénix se quemaba por completo y renacía del huevo. Así consiguió la eternidad a través de la capacidad de renacer de las cenizas.
Por otro lado algunas fábulas lo sitúan en Arabia, donde habitaba cerca de un pozo en el que se bañaba todos los días. Mientras se bañaba entonaba una melodía tan bella, que hacía que el dios Sol parara su carro para escucharlo.
En la mitología china el Fenghuang ha sido denominado como el Fénix chino por algunos occidentales, pero no tiene similitudes con el ave original. Esta criatura tiene cuello de serpiente, cuerpo de pez, parte trasera de tortuga y simboliza la unión del yin y del yang.
En todas las culturas el Fénix simboliza la inmortalidad, la purificación y la resurrección. A lo largo de sus múltiples vidas su labor es la de transmitir el saber que atesora desde su origen y servir de inspiración.
No solo es un mito de la antigüedad ya que ha conseguido mantenerse presente hasta nuestros días, además se le atribuye un significado simbólico. Representa el renacimiento físico, espiritual y la esperanza que nunca debe morir en el hombre.
En el presente este animal mitológico sirve de ejemplo para las personas que son capaces de volver con toda su fuerza y energías renovadas, tras haber sufrido algún percance o acontecimiento importante en sus vidas, que los deja tirados y en una situación delicada en un momento dado. Estas personas son capaces de convertir el dolor, la rabia, la frustración... en fuerza para seguir luchando. Por lo que en la actualidad el ave Fénix está vinculado a cuestiones como la fuerza, la fortaleza interior y la capacidad que tenemos cada uno de nosotros para reinventarnos. Y eso era lo que yo en esos momentos necesitaba.