107-EL ORIGEN. LA PACIENCIA

ALGO QUE ME ES IMPOSIBLE

Javier Sanmartín Soler

La paciencia es la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún tipo de bien. Se trata de esperar lo que suele tardar en llegar. La persona tolera, aguanta o soporta una situación sin perder la calma o los nervios por lo que de esta manera consigue obtener unos mejores resultados para sus propios intereses.

Con los años he aprendido que la paciencia es una virtud que hay que valorar y debemos otorgarle la importancia que en determinados casos tiene. Siempre me he considerado una persona impaciente desde pequeño, pero con el tiempo aprendes a que a veces es mejor esperar un poco que no ser excesivamente impulsivo. El enemigo de la paciencia son las prisas y la ansiedad.

La paciencia además es un rasgo de madurez, una virtud, para aguantar las adversidades sin lamentarse y gracias a ella se toman mejor las decisiones. Con ella podemos ver con otra perspectiva el origen de los problemas y la mejor manera de enfrentarnos a ellos.

Pero para tener paciencia con los demás, lo primero que debemos saber es que tenemos que tenerla con nosotros mismos. La definición de paciencia guarda una estrecha relación con la calma, la serenidad, el autocontrol y la paz. Todos estos términos están interrelacionados.

Hay que cultivarla a diario, para desarrollar la confianza que tenemos que tener en nosotros. Todo esto contribuye para que aprendamos a saber esperar, disfrutar del presente y de cada instante.

En lo que se refería a mi vida personal en aquellos momento las cosas iban demasiado rápidas y como digo no era bueno que tomase decisiones de una manera impulsiva. Mis razonamientos no los tenía claros y estaba alterado, por lo que tenía que armarme de mucha más paciencia. Ya no tomaba decisiones a la ligera sin haberlas consultado por lo menos varias veces.

Para algunas cosas tenía paciencia sobre todo con mi hija de hecho es de las pocas cosas con las que puedo tener. En otras situaciones puedo tener algo como por ejemplo cuando trabajo. Salvo esos casos no tenía mucha más paciencia. Hay cosas que no cambian y eso no puedo evitarlo. Lo que si que había aprendido fue a ser más prudente y precavido que eran cosas similares.

Una de las cosas positivas que tiene hacer deporte es que aporta a las personas un desahogo físico y mental. Después de practicarlo el cuerpo se relaja, estamos más concentrados y podemos tomar mejores decisiones. Eso era precisamente lo que hacía. Lo primero era correr para cansarme en todos los aspectos y mientras pensaba en mis problemas y preocupaciones. Tenía muchos por lo que los intentaba abordar de poco en poco. Eran como una montaña de granos y cada día me ocupaba de unos pocos. Con dedicación y paciencia los solucionaba. Iba barajando todas las opciones y las soluciones que se me ocurrían. Así tras sopesar todo daba con una solución que era la que más me interesaba.